Vendedores y compradores en el mercado de Pelileo. Foto: Cortesía
La urgencia de atender con medidas inmediatas y solidarias a quienes viven del día a día y la necesidad de modificar el perfil de pago de las deudas vigentes son dos medidas planteadas este 20 de marzo del 2020 por un grupo de economistas y el Colegio de Economistas de Pichincha para hacer frente a la emergencia en Ecuador por el covid-19.
“Otros países de la región cuentan con ahorros líquidos o una moneda propia de la que pueden echar mano (vía emisión) para financiar gastos extraordinarios que moderen los impactos del coronavirus y mantengan la cadena de pagos. El Ecuador no tiene ni lo uno ni lo otro. Y ya estaba en una situación económica débil”, reza en la carta firmada por especialistas en economía como Walter Spurrier, Vicente Albornoz, Augusto de la Torre, Patricio León, Mauricio Pozo, Simón Cueva, Rodrigo Espinosa, Pablo Lucio Paredes, César Robalino, Alberto Dahik, José Hidalgo Pallares y Abelardo Pachano.
En el comunicado, titulado “Emergencia económica nacional (II): en busca de consensos”, los expertos enfatizan que “este es el momento de abandonar divisiones innecesarias”.
A continuación, la transcripción textual del comunicado:
EMERGENCIA ECONÓMICA NACIONAL (II): EN BUSCA DE CONSENSOS
“Esta semana hicimos públicas algunas propuestas ante la emergencia económica. Dos puntos en los que reconocemos que nos faltó poner más énfasis y en que coincidimos con planteamientos de otros sectores, incluso distantes en lo ideológico, son: i) la urgencia de atender con medidas inmediatas y solidarias a quienes viven del día a día y cuya subsistencia está en riesgo durante la cuarentena y posiblemente más allá, y ii) la imperiosa necesidad de conseguir dólares del exterior y simultáneamente modificar el perfil de pago de las deudas vigentes.
Otros países de la región cuentan con ahorros líquidos o una moneda propia de la que pueden echar mano (vía emisión) para financiar gastos extraordinarios que moderen los impactos del coronavirus y mantengan la cadena de pagos. El Ecuador no tiene ni lo uno ni lo otro. Y ya estaba en una situación económica débil antes del coronavirus. En este contexto agudizado de escasez de dólares, sin los cuales nuestra dolarizada economía se asfixia, es indispensable cuidar cada dólar y emplearlo prioritariamente en salud y subsistencia. En concreto, proponemos tres acciones urgentes y adicionales a las planteadas en el comunicado anterior:
1. Crear un mecanismo ágil, transparente y con la debida autonomía que permita redistribuir de inmediato recursos de manera solidaria hacia las personas más vulnerables y menos preparadas para sortear la crisis. Proponemos dos fuentes de recursos: parte de los liberados por el diferimiento del pago de la deuda y una contribución progresiva en función de los ingresos de los ciudadanos, incluyendo obviamente los accionistas de empresas. Para evitar la repetición de nefastas experiencias de corrupción y uso indebido, estos recursos y otras contribuciones voluntarias alimentarían un fideicomiso supervisado por instituciones o personas de reconocida honestidad y trayectoria. Todo uso de esos recursos debe ser de conocimiento público y para su distribución se debería aprovechar la experiencia de organizaciones de la sociedad civil con llegada a los beneficiarios finales en todo el país. El gobierno, además, debe promover la formación de redes de solidaridad y voluntariado de la sociedad civil.
2. Iniciar inmediatamente, con el acompañamiento de los organismos multilaterales, un proceso ordenado, integral y amigable de diferimiento del pago y eventual restructuración de las obligaciones de deuda pública, sobre la base del principio de buena fe por las condiciones extraordinarias que el país enfrenta. Ecuador deberá en su momento acogerse a los esquemas de restructuración de deuda que seguramente la comunidad internacional establecerá, a fin de recuperar el acceso normal a los mercados de crédito.
3. Simultáneamente, conseguir de urgencia fondos que permitan compensar la violenta caída de los ingresos petroleros y de impuestos relacionados con la actividad económica (afectación que, en conjunto, podría rondar los $5.000-$7.000 millones este año). Para ello, el Gobierno debe asegurar el compromiso de los multilaterales de mantener y ampliar sus líneas de financiamiento ordinarias y de emergencia, así como conseguir el apoyo de las tesorerías y bancos centrales de las principales economías del mundo, en especial de aquellos países con los cuales tiene activas relaciones económicas y políticas. Este esfuerzo debe realizarse de manera compatible con una acelerada negociación de acuerdos de libre comercio, especialmente con EE.UU. y la Alianza del Pacífico.
Estas propuestas serán viables solo si el Ecuador demuestra su compromiso con reformas estructurales necesarias para la sostenibilidad de la economía, en parte detalladas en nuestro comunicado anterior. Este es el momento de abandonar divisiones innecesarias y unirnos en ideas y acciones frente a un enemigo común: la crisis, el virus y sus secuelas”.