Aunque los miembros de la Alba hablan de las potencialidades económicas de sus pueblos y de lo importante de su integración, la realidad de los números no parece ser muy optimista.
Venezuela es el principal impulsor de esta iniciativa. Y, por su fuerza petrolera, constituye la cuarta economía de A. Latina después de Brasil, México y Argentina, con un PIB de USD 379 000 millones de dólares. No obstante, la alta inflación, los problemas productivos y de abastecimiento, así como la incertidumbre política no lo convierten en un imán para la inversión extranjera.
Lejos de la fuerza de Venezuela, está Ecuador, cuya economía es la octava de la región, con un PIB anual que no sobrepasa los USD 65 000 millones. Es decir, ni el 15% de la economía que genera la Comunidad Andina.
Cuba con USD 45 000 millones, Honduras con USD 22 000 y Bolivia con USD 18 000 tienen un PIB menor al ecuatoriano. Mientras que Nicaragua, Dominica y San Vicente y las Granadinas, en conjunto, no llegan a los USD 10 000 millones.
Es decir, los países juntos -sin sumar a Venezuela- tienen una economía algo más grande que la de Perú (USD 130 000 millones de dólares) y bastante más modesta que la de Colombia, cuyo PIB supera los USD 203 000 millones.