América Latina afronta con distintas intensidades y repercusiones la incidencia del azote mundial de las drogas. El consumo crece y las severas implicaciones en delitos de orden público, asesinatos y violencia muestran el grado de penetración de las mafias mundiales y regionales en la vida cotidiana, la economía y la seguridad de la gente.
El primer tema que hay que señalar es el crecimiento de las tasas de consumo. Un reporte periodístico del Grupo de Diarios América, del que es parte EL COMERCIO, presentó esa dura realidad.
El asunto hay que afrontarlo de modo responsable desde distintas aristas. Una de ellas es la parta médica. Es un evidente y creciente problema de salud pública y por ello merece una atención importante con criterios científicos y recursos económicos de la sociedad y los estados.
El debate sobre la despenalización del consumo que en Europa por ejemplo ya tiene más de dos décadas y distintas implicaciones en diversos países, tiene muy diferentes lecturas. Hay países de América donde la sociedad la rechaza de plano, otros ni siquiera la han debatido ni se lo proponen y hay realidades donde el proceso implica otros temas que aparecen más urgentes y complejos y hacen ver como imposible su tratamiento frío y racional como muy distante. De hecho, las sociedades ya penetradas por las mafias donde la corrupción institucional y los asesinatos colman la agenda de orden público, por ahora no están en capacidad de afrontar este debate.
En Ecuador debemos hacerlo de modo serio, especialmente frente a la amenaza de un contagio global cuyas implicaciones ya causan estragos.
Sin tomar posturas apresuradas, debemos al menos empezar a debatir el tema con seriedad.