Donald Trump se refirió en su cuenta de Twitter a las protestas tras su victoria electoral. Foto: EFE
Ocho analistas, en columnas de opinión y en una entrevista que publican medios del mundo, realizan una proyección de la futura gestión del 45º presidente de EE.UU., Donald Trump. Hay inquietudes.
Paul Krugman
Columnista del diario
The New York Times
Pensamos que la gran mayoría de los estadounidenses valoraba las normas democráticas y el Estado de derecho.
Resulta que estábamos equivocados. Resulta que hay un gran número de personas -blancas, que viven principalmente en áreas rurales- que no comparten para nada nuestra idea de lo que es Estados Unidos. Para esas personas, se trata de una cuestión de sangre y tierra, del patriarcado tradicional y la jerarquía étnica.
No sé qué nos espera. ¿Estados Unidos ha fallado como Estado y sociedad? Todo parece posible. Creo que tendremos que levantarnos y tratar de encontrar la forma de continuar, pero esta ha sido una noche de revelaciones terribles y no considero que sea un exceso sentir tanto desconsuelo.
Rostislav Ishenko
Politólogo ruso y columnista del periódico moscovita
Izvestia
El presidente Barack Obama ha terminado como rehén de las acciones y políticas intervencionistas del Departamento de Estado. Estos, con seguridad, van a tratar de repetir ese mecanismo con Donald Trump. Le propondrán que lo dejarán actuar con libertad en los asuntos domésticos de Estados Unidos, a cambio de que él no se entrometa en la política exterior, como ha sucedido durante los ocho años de la doble administración de Obama. Si Trump cae en ese estratagema, entonces terminará casi de la misma manera que su sucesor, como un rehén del Departamento de Estado. Si eso sucede, al contrario de lo ocurrido con Obama, Trump difícilmente tendrá posibilidades de aspirar a un segundo mandato en la Casa Blanca.
Enrique Krauze
Historiador, escritor y columnista mexicano
México es víctima esta vez de un terremoto político en un país vecino, en Estados Unidos. Los efectos de este terremoto se van a sentir, ya se están sintiendo ahora con el peso (que se desplomó respecto del dólar), se va a sentir en el tema de la economía, los migrantes, las deportaciones.
México encara una guerra, una nueva guerra, no militar, pero sí estratégica, comercial, económica, étnica, diplomática, legal, y lo que les espera en los años próximos es algo muy difícil.
México debe trazar una estrategia nacional y todos los ciudadanos deben permanecer unidos, más allá de sus líneas ideológicas, y tender puentes diplomáticos para tratar de que los efectos de la política anunciada por Donald Trump se amortigüen.
Peter S. Goodman
Economista y columnista del diario argentino
La Nación
Una insurrección populista está cobrando fuerza en gran parte del mundo y sus reclutas son las clases media y obrera, que se sienten relegadas por la globalización. Este levantamiento amenaza con subvertir el orden económico que predomina desde la II Guerra Mundial. El fenómeno era evidente antes de la díscola campaña triunfal de Donald Trump hacia la Presidencia de EE.UU. Pero ahora es un hecho.
El Presidente electo de Estados Unidos ha prometido elevar los gravámenes a las importaciones chinas y castigar a las empresas estadounidenses que fabriquen sus productos en México. Arancelar los productos chinos podría desencadenar una guerra comercial que ralentizaría el crecimiento.
Janine R. Wedel
Catedràtica de la Universidad George Mason
Project Syndicate
Existe una crisis de confianza pública en las instituciones cívicas (gobiernos, parlamentos, los tribunales y los medios de comunicación), factor central en el ascenso de Donald Trump y de figuras como él alrededor del mundo, que seguirán encontrando el apoyo de votantes mientras persista la crisis.
Cada vez más gente se identifica como excluida del sistema. Muchos dirigen la mirada hacia movimientos y figuras que rechazan el orden o sistema establecido, como Trump, con la expectativa de encontrar una tabla de salvación en ellos.
Al igual que Vladimir Putin, Trump saca partido a la banalidad y la rabia, azuza los sentimientos nostálgicos y nacionalistas y halla cómodos chivos expiatorios en gente vulnerable como los inmigrantes.
Seiji Katsurahata
Economista japonés y experto
Dai-ichi Life Research Institute
Luego del ‘Brexit’ en Gran Bretaña, la victoria del republicano Donald Trump en Estados Unidos, la mayor economía mundial, es un nuevo mensaje de los olvidados de la globalización a sus élites contra los controvertidos acuerdos de libre comercio.
La economía mundial atraviesa dificultades y quienes sufren por ello tienen la impresión de que la globalización es la responsable. Y Trump sedujo a los electores estadounidenses con un discurso virulento contra el libre comercio. La victoria del candidato republicano se produce en un momento en que los acuerdos comerciales están cuestionados y él ha anunciado que los revisará.
Los ideales de la globalización se han borrado con el debilitamiento de la economía mundial.
Jack Ma
CEO de AliBaba y uno de los hombres más ricos de China
CNN
Donald Trump deberá trabajar con China o arriesgarse a un desastre. Una relación positiva y saludable entre las dos mayores economías del mundo puede resolver muchos problemas.
No temo por la Presidencia de Trump, creo que una relación positiva y saludable entre China y Estados Unidos es crítica. Existe un claro salto entre la retórica que se usa en una compaña y el trabajo que hará como Presidente de EE.UU.
Creo que cuando llegan a la Presidencia, cuando sienten ese peso, el mundo no es tan sencillo como pensaban.
Él (Trump) es una persona inteligente, se ajustará. Nunca rechazará la relación entre China y Estados Unidos. Se debe enfocar en el comercio para crear nuevos empleos.
Martin Kettle
Analista y columnistas del diario británico
The Guardian
Donald Trump es un fenómeno político único en los comicios presidenciales de Estados Unidos. Como él mismo lo ha dicho: es el primer presidente de la era moderna que ha sido elegido sin ninguna experiencia militar o política.
Aunque se han dicho muchas cosas, antes que nada, él es un antiliberal. Pero Trump dista mucho de ser un social liberal o un liberal en asuntos económicos. Y encarna la extrema hostilidad hacia el liberalismo social. No obstante, Trump se muestra aún más hostil con el liberalismo económico. Toda su campaña electoral ha estado marcada por la insistente tesis de que el Gobierno puede proteger los trabajos y el sustento de los ciudadanos estadounidenses en contra de la globalización.