Redacción Cuenca
Hace un año la cuencana Graciela Carchi, de 40 años, pasó 24 horas en coma como consecuencia de la cirrosis hepática que sufre desde hace seis años. Ahora ella forma parte de una lista de espera para recibir la donación de un trasplante de hígado. Esa es su única esperanza de vida.
Como ella, otras 11 personas de todo el país forman parte del grupo que aguarda por un trasplante hepático. Tres están listos para recibir el nuevo órgano, pero no existen donantes de órganos, por lo que este tipo de cirugía aún no ha podido realizarse en el país.
Ese no es el único tipo de trasplante que se realiza en Ecuador. Según el médico Wilson Altamirano, presidente del Comité Interinstitucional para la Sensibilización en la Donación de Órganos y Tejidos (Cisdot), en Ecuador hay 800 pacientes en lista de espera para un trasplante renal (riñones) y un número similar para trasplante de córneas.
También se realizan trasplantes de médula y óseos.
No obstante, la falta de donantes es dramática, dice Altamirano. Eso ocurre porque las personas no conocen sobre la donación y porque se tejen muchos mitos alrededor de una donación.
Por ello las organizaciones Donantes por la vida y el Cisdot organizaron actividades de difusión en Quito, Guayaquil, Machala y Cuenca. En la capital azuaya la opción fue un plantón en la glorieta del parque Abdón Calderón (Centro Histórico). Ayer allí se entregó información sobre la donación de órganos y se carnetizó a potenciales donantes.
Unas 100 personas se inscribieron durante las primeras dos horas, explicó el médico patólogo Saúl Chalco.
Alrededor de esta carpa informativa, unos 30 estudiantes de Medicina de la Universidad Católica de Cuenca recorrían el parque entregando información sobre el programa a los transeúntes y conductores. La joven voluntaria Priscila Rodríguez cree que la donación de órganos es una opción de dar vida a quienes lo necesitan, por eso no dudó en ofrecerse para esta jornada.
Para el médico trasplantista Franklin Mora, una de las mayores dificultades para conseguir donantes cadavéricos (con muerte cerebral) es el desconocimiento, pues existe una legislación que los regula y una organización especializada, el Organismo Nacional de Trasplantes de Órganos y Tejidos (Ontot).
Pero ocurre -explica- que cuando un funcionario de ese organismo se acerca a los familiares para solicitar la donación, es común que sospechen de un tráfico de órganos. Eso es imposible, asegura Mora, ya que la extracción de órganos es un proceso complejo que debe hacerse con precisión y técnicas específicas.
Mora ha realizado 23 trasplantes renales en el hospital José Carrasco Arteaga del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en Cuenca, ocho de ellos de donantes cadavéricos, los demás de donantes vivos.
Actividades como las de ayer son parte del inicio de una campaña de sensibilización que se realiza en todo el país para desmitificar la donación de órganos y promoverla, afirmaron especialistas y potenciales beneficiarios.