El presidente Rafael Correa participó en la Sesión Solemne de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO.
El presidente de la República, Rafael Correa, participó en la Sesión Solemne conmemorativa por el aniversario 195 de la capital azuaya que se realizó a partir de las 16:00 de este 3 de noviembre del 2015, en el Salón de la Ciudad.
Le acompañaron varias autoridades cuencanas como Rossana Alvarado, primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional: Juan Pablo Pozo, presidente del Consejo Nacional Electoral; y Galo Chiriboga, Fiscal General de la Nación, entre otras autoridades nacionales y de la provincia.
Antes de las 16:00, grupos de opositores y seguidores del Gobierno confluyeron en una esquina del parque Calderón, a gritar consignas de rechazo y apoyo, respectivamente. La Policía montada, militares y la guardia ciudadana controlaron la seguridad.
En la Sesión Solemne, el alcalde, Marcelo Cabrera, hizo un balance de su trabajo desarrollado en un año y medio de su administración. Allí destacó el tema de la movilidad y centró su atención con la construcción del tranvía que tiene un avance del 55% y la circunvalación que aún está en estudios.
En cambio, el presidente Correa inició su discurso de 55 minutos mencionando que la presencia de varios cuencanos en su Gobierno no es una recompensa por el apoyo conseguido en las urnas, sino que responde a capacidad de trabajo que tienen estas personas.
También habló de los temas coyunturales nacionales como el caso de proceso arbitral que enfrentó el Ecuador con la petrolera Occidental, hizo un balance económico de la situación del país, y mencionó el avance que tienen los proyectos mineros Loma Larga y Río Blanco, ubicados en territorios de Azuay.
Correa no se refirió a la denominada Proclama de Cuenca por la Resistencia y la Democracia, un documento publicado este 3 de noviembre del 2015 en un diario local y que cuestiona las enmiendas constitucionales. Está firmado por 43 conocidos azuayos que se desempeñaron como autoridades nacionales y locales, concejales actuales, dirigentes sociales, docentes y profesionales.
Sin embargo, al finalizar dijo que su Gobierno está listo para enfrentar otro año complicado que se viene y que saldrán adelante pese a que los mismos de siempre se unan contra la revolución y el propio país.
El Presidente felicitó a monseñor Cabrera por su trabajo pastoral realizado en Cuenca y le deseó suerte en su nuevo cargo como arzobispo de Guayaquil, cargo que lo asumirá el próximo año. “No se olvide de rezar por mi, que los más inútiles necesitamos más oraciones”, le dijo.
La Sesión Solemne inició con la entrega de preseas a personas e instituciones, públicas y privadas, que se han destacado por su labor en favor de los cuencanos y de la urbe. El arzobispo Cabrera recibió la máxima distinción denominada Municipalidad de Cuenca.
Algunos cuencanos presenciaron este evento a través de pantallas gigantes colocadas frente al Salón de la ciudad, donde luego de la Sesión se cumple una noche cultural con artistas y danzas folclóricas.