Discotecas de una ciudad alemana prohíben el ingreso a refugiados

Varios bares y discotecas de la ciudad alemana de Friburgo optaron por prohibir o limitar el ingreso de refugiados debido a presuntos robos y agresiones sexuales atribuidos a extranjeros, publicó hoy un diario local.

Según el Badische Zeitung, un local de la ciudad del sur de Alemania veta el acceso de inmigrantes en eventos determinados y otro solo permite el ingreso a quienes firmen un tarjeta especial en la que rechazan la violencia, el sexismo y la discriminación.

La administración de la ciudad criticó la medida. "Está prohibido discriminar. No se puede excluir a un grupo de personas de forma generalizada", dijo a la agencia dpa Ulrich von Kirchbach, responsable de Integración y Asuntos Sociales de Friburgo.

El político socialdemócrata (SPD) aseguró que el gobierno local no tenía constancia de las supuestas agresiones y destacó que la enorme mayoría de los más de 3 000 solicitantes de asilo que acoge la ciudad se comportan "bien", aunque siempre haya "ovejas negras".

Una portavoz policial confirmó que hasta el momento no se registró un incremento de denuncias por agresiones sexuales de extranjeros.

Los locales se reservan el derecho de admisión de personas en concreto, pero una prohibición general a los refugiados es "ilegal".

El caso de Friburgo se conoce poco después de que la ciudad de Bornheim, en el oeste, llegara a los diarios de todo el mundo tras prohibir el ingreso de refugiados varones a una piscina por presuntos antecedentes de acoso sexual a las clientas mujeres.

El director de la federación que agrupa a los locales de hotelería y restauración de Friburgo, Alexander Hangleiter, advirtió que "un club que recibe una denuncia tiene que demostrar que no ha incurrido en un acto de discriminación".

Sin embargo, añadió citado en el Badische Zeitung, muchos establecimientos se encuentran bajo presión y corren el riesgo de perder clientes si no actúan contra los incidentes registrados.

Alemania recibió 1,1 millones de refugiados sólo en 2015, la mayoría procedentes de Siria, Irak o Afganistán. Los esfuerzos de acogida e integración sufrieron un revés la noche de Año Nuevo en Colonia, cuando cientos de mujeres fueron víctimas de robos y agresiones sexuales por parte de hombres de origen árabe y norafricano.

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