Dios no era estructuralista

La frase pertenece al crítico  irlandés Terry Eagleton. Citémosla en su contexto: "El destino puso a Roland Barthes a las ruedas de una furgoneta de una lavandería parisina e hizo enfermar a Michel Foucault de sida.

Iván Oñate
Poeta

Profesor invitado por: Westminster University y el Kings College de Londres. A&M Texas University.

George Mason University, Washington. Florida State University. U de Lieja. U de Lille. U de Lovaina. U de Austin.Despachó a Lacan, Williams y Bourdieu, y recluyó a Louis Althusser en un hospital siquiátrico por el asesinato de su esposa. Pareciera que Dios no era estructuralista". A este desolador panorama habría que agregar la reciente muerte del etnólogo Claude Lévi- Strauss. Presumo que para otros como yo —que iniciamos la universidad en el esplendor del estructuralismo— la frase de Eagleton en su libro ‘Después de la teoría’, habrá tenido la severidad de un ‘uppercut’ en pleno mentón de la nostalgia. Por mi parte, como un boxeador que arrodillado espera la cuenta hasta el último segundo para levantarse de nuevo al combate, escuché nombres como: Greimas, Todorov, Kristeva, Bremond, Goldmann y otros a los que me zambullí en mi juventud en búsqueda de esa magia que se llama literatura. Ciertamente que no descubrí el secreto del verbo divino, pero más tarde  esas lecturas servirían para el rigor y la pertinencia de la cátedra. Eagleton, precisamente, opina que en la actualidad el rigor exigido en la crítica literaria y en las ciencias sociales ha cedido paso a un exacerbado relativismo posmoderno donde todo parece terminar en el consabido rencor de aldea: me gusta o no me gusta.  "No nos importa que el médico nos pregunte cómo andamos de la pancita, pero si le viéramos escribir en su informe clínico “las tripas le dan un poco de guerra, nuestra confianza en sus aptitudes profesionales sufriría un duro golpe”, dice.
Claude  Lévi-Strauss imprimió de rigor y pertinencia a las ciencias sociales al aplicar  en la antropología el método dicotómico creado por Ferdinand de Saussure para la lingüística. Lamentablemente hoy, como también en el clima del mundo, impera el más craso y confuso eclecticismo.

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