Los colectivos afroecuatorianos escucharon ayer a Pabel Muñoz en la U. de Guayaquil. Foto: Gabriel Proaño/ EL COMERCIO.
Pese a los más de 2 000 diálogos realizados por el Gobierno, las manifestaciones no cesan. Tampoco los diálogos por la Equidad y la Justicia, que emprende el Gobierno desde el 15 de junio pasado y que fueron una respuesta a las movilizaciones ciudadanas en contra de los proyectos de ley a las herencias y la plusvalía.
Ayer, el secretario de Planificación y Desarrollo, Pabel Muñoz, mantuvo un conversatorio con representantes de organizaciones afrodescendientes, dos días después de que centenares de personas se congregaran en las principales ciudades del país en contra del Régimen. En las marchas del miércoles, los manifestantes pedían archivar las enmiendas constitucionales. Mientras tanto, los diálogos se enfocaban en la igualdad y en las brechas sociales.
Para el analista Oswaldo Moreno, si bien los diálogos deben ser más profundos y abiertos, las enmiendas a la Constitución no son una demanda de los sectores populares.
Muñoz coincide con Moreno. Afirma que los participantes del diálogo “no han mostrado interés en hablar sobre ello. Tengo la sistematización, y el tema de las enmiendas están en los dos últimos lugares de la lista”, afirma el Secretario de Estado, quien coordina los diálogos nacionales.
El martes, la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades) hizo un balance de los diálogos. Según esta entidad, 150 000 personas han participado en la primera fase.
Sin embargo, el analista político y académico de la Flacso, Santiago Basabe, tiene otra lectura. Por una parte, las últimas movilizaciones sí tienen un elemento aglutinador: las enmiendas, sobre todo la que tiene que ver con la reelección indefinida.
Esto marcaría ya una diferencia con las movilizaciones anteriores que carecían de una cohesión.
Pero “será difícil” que el Gobierno tenga voluntad de negociar la reelección indefinida, a diferencia de otras enmiendas que sí podrían tener algún cambio, como la función de las Fuerzas Armadas. Que el Gobierno diga que los diálogos estén en el penúltimo lugar es porque trata de deslegitimar la presencia de las organizaciones en las calles, sostiene.
“Acabo de escuchar a Pabel Muñoz. Dice que se ha reunido con 2 000 organizaciones. Pero este país tradicionalmente ha carecido de asociación ciudadana y ahora aparecen tantas”, añade Basabe, para quien esto es fruto del desconcierto gubernamental ante el rechazo que hay a las enmiendas.
Para Moreno, la razón fundamental para que surjan estas marchas en contra el Régimen es por el desgaste natural que sufren los gobernantes al estar tanto tiempo en el poder.
¿Podrá el diálogo superar a las marchas? Para el asambleísta Henry Cucalón del Partido Social Cristiano–Madera de Guerrero, la respuesta es no. Según el legislador, el diálogo no ha llegado a todos los sectores sociales ni políticos porque leyes que generaron desacuerdos como las de Herencias y Plusvalía, aún están presentes, a pesar de que no serán tratadas este año en la Asamblea.
Los plantones en las calles continuarán. Luis Chancay, presidente del Frente Popular del Guayas, señaló que las jornadas no se paralizarán, porque son “una respuesta al cúmulo de infracciones que el Gobierno ha cometido en los últimos nueve meses”. Las salvaguardias arancelarias, el paso del Fondo de Cesantía del Magisterio al Banco del IESS, el retiro del aporte del 40% a las pensiones jubilares, son otros aspectos denunciados en las marchas que él convoca. Chancay y su Frente no creen en el diálogo por la equidad y la justicia social propuesto por el Gobierno. Afirma que “nadie puede asistir a un diálogo en el que sólo hablan los ponentes del Gobierno”.
Muñoz defiende el proceso que lidera. Si en un momento determinado era importante sentarse a la mesa con quienes convocan a las manifestaciones, “en un segundo momento, he estado ocupado por los que sí conversan”, dijo.
En contexto
Esta semana, al cumplirse los tres meses del diálogo nacional por la Equidad y la Justicia, la Senplades cuantificó los resultados. Sin embargo, las movilizaciones de las organizaciones sociales y sindicales se mantienen en contra de las enmiendas y otras políticas de Estado. Los diálogos seguirán hasta fin de este año.