Ximena Amoroso, Directora del Servicio de Rentas Internas. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO
Ximena Amoroso
Cuenca, 34 años
Directora del Servicio de Rentas Internas (SRI)
Mi labor como directora del SRI, al contrario de ser un reto, creo que se ve apoyado por mi sensibilidad como mujer, que considero como una de las fortalezas más importantes. Esto me permite tener mayor entendimiento para realizar de manera más eficiente un trabajo en conjunto con mi equipo.
Creo que entre hombres y mujeres podremos tener características físicas distintas, pero internamente la principal diferencia es la sensibilidad, entendida como la manera de captar y decir las cosas y entender a las personas. Al decir que uno es sensible no se debe entender como que uno es más débil, ser sensible es ver las cosas de manera distinta.
En esta institución más del 50% son mujeres y creo que es importante que un organismo de control que maneja el tema de auditoría y contabilidad, bien dicen las mujeres llevamos la contabilidad del hogar, hoy llevamos la contabilidad del país.
Con mi labor quisiera dejar una puerta abierta para futuras directoras del SRI y demostrar a estudiantes y jóvenes mujeres que se puede llegar con dedicación y esfuerzas a las metas que uno se coloca.
Lo principal es que debemos ser felices con uno mismo, ser una madre feliz o una profesional feliz, porque si uno no es feliz con lo que hace no va a llegar alto. Por ello hay que seguir siempre hacia adelante haciendo lo que te gusta.
Todavía vivimos en un mundo altamente liderado por los hombres y los espacios para las mujeres siguen siendo reducidos, pero es importante entender que las mujeres somos multidisciplinarias. Una mujer no está solamente en el área profesional sino también tiene que cumplir en su hogar roles de madres, esposas e hijas.
Pienso fielmente que no hay que etiquetar a las mujeres como casadas, solteras, divorciadas, profesionales o amas de casa, sino por lo que somos y por los logros que hemos construido como profesionales y bajo los principios que tenemos. Hay que ser excelentes amas de casa, excelentes madres y excelentes profesionales, ninguna de estas decisiones nos hace menos importantes, todas al final de día deben ser valoradas.
Mi prioridad principal es mi familia. De ahí parten los conocimientos para destacarme en mi campo profesional. Mi madre, ama de casa, nos permitió desarrollar la sensibilidad y mis tres hermanas me han dado una percepción distinta de la mujer. Mi padre siempre nos inculcó el salir adelante y que no hay que esperar nada de nadie para alcanzar el éxito, por ende tenemos que fortalecernos en el área académica y tener siempre claros nuestros principios ya que eso marcará nuestro futuro.
Mi mensaje a las mujeres es que primero tenemos que soñar en grande para llegar lejos. Que no nos dejemos desincentivar por los retos. Lo más importante es que no nos cataloguen por nuestro aspecto físico, sino en lo profesional y ético.
Frase: “Lo más importante es que no nos cataloguen por nuestro aspecto físico, sino en lo profesional y ético”.