Redacción Tulcán
La procesión de la Virgen de La Purita de Huaca (Carchi) partió a las 08:00 de ayer, de la Catedral de Tulcán. El sofocante calor no impidió que centeneras de devotos acompañaran a la imagen.
Andrea Chapi, junto con su esposo y su niña de un año de nacida, estuvo en la peregrinación.
Ella no participó el año pasado por su embarazo. “Quiero pedirle por la salud de mi hija y de toda mi familia”, decía mientras empujaba el coche de su niña por la Panamericana Norte.
Junto a ella, Ángel Calpa, de 65 años, apresuraba el paso y trataba de alcanzar a quienes cargaban la imagen. “Me sanó de la vista y de una fractura en el pie que tuve hace seis meses”.
Él participa de la peregrinación desde hace 50 años. “Mis padres, que ya no están, acudían todos los años para pedirle milagros”.
En la salida a Tulcán, en el sector del Obelisco, personas que llegaron de Julio Andrade y Huaca se unieron a la caminata.
Los devotos se tomaron el carril derecho de la Panamericana y siguieron el periplo. La fatiga por el día soleado obligó a Sandra Nazate a descansar. Ella llevaba a su hija de dos años. “La Virgencita es milagrosa y no es un sacrificio la caminata, es una obligación”.
A ratos, por el cambio de personas que llevaban la imagen, surgieron inconvenientes que obligaban a detener la procesión. Durante esos períodos, las personas aprovechaban para tocar los pies y la ropa de la Virgen, agradecerle y pedirle por sus familias.
“Vamos a rogarle a la Virgen de La Purita para que fortalezca a las personas de Haití”, decía el sacerdote que guiaba la peregrinación. Después de dos horas de caminata, los bomberos refrescaron a los feligreses esparciendo agua. Cuatro voluntarios de la Defensa Civil organizaban a la gente y les pedían que no salieran del carril derecho. No se quería interrumpir el paso de los autos.
La procesión siguió y después de siete horas de caminata, los miles de fieles que acompañaron a la imagen de la Virgen llegaron al Santuario de Huaca.