Redacción Judicial
La otrora abarrotada oficina de Matrimonios del Registro Civil, entre las avs. Amazonas y Naciones Unidas, lucía casi desolada.
Un día después de la detención del ecuatoriano Édgar M. y de la cubana Maricel C. los foráneos casi desaparecieron de esa dependencia. La captura se produjo el jueves, cerca de las 11:00.
El juez de Matrimonios Antonio Mancheno detectó inconsistencias en la entrevista que realizó a la pareja y sospechó que se trataba de un matrimonio arreglado económicamente.
375 por ciento
es el alza en matrimonios contraídos entre cubanos y ecuatorianos en un año.Durante 2009, hasta esa sala han llegado 1 710 cubanos para contraer matrimonio con ciudadanos de Ecuador, según el Registro Civil. Desde finales de 2008 existe la sospecha de que, a raíz de la supresión de visas para los isleños, una mafia de extranjeros y nacionales intenta legalizar la permanencia de caribeños en Ecuador, a través de casamientos.
El jueves, la denuncia fue registrada por las autoridades del Registro Civil en la Fiscalía, amparada en los artículos 534 y 535 del Código Penal. El primero reza: “El que, en la celebración de los matrimonios, no se sujetare a las leyes establecidas en la República, será reprimido con prisión de uno a cinco años”.
El art. 535 dice: “El que empleare fraude o violencia para burlar las leyes vigentes que regulan la celebración o la terminación del matrimonio, será reprimido con tres a cinco años de prisión”.
En la fallida unión entre los detenidos, uno de los motivos que sirvió para la acusación por fraude fue que los contrayentes proporcionaron información contradictoria. Mancheno, quien es jefe de Matrimonios de Quito, refiere: “Las preguntas que realicé eran sobre cosas básicas que una persona sabe sobre su pareja. Cuando les pregunté sobre el trabajo del ecuatoriano ambos dieron respuestas distintas”.
La mujer dijo que su novio era taxista, pero el hombre no sabía ni el número de placa del vehículo que presuntamente conducía; aparte, la licencia de manejo que presentó como prueba no era del tipo profesional.
Otra de las causas que sirvió para denunciarlos fue que uno de ellos, el novio, al ser interrogado por un policía en la entidad, admitió que su pareja, de nacionalidad cubana, le pagó USD 300 para contraer nupcias.
El director del Registro Civil, Paulo Rodríguez, dijo que “el matrimonio debe de realizarse libre y voluntariamente por las partes, sin presión”. Él cree que si existe un tipo de imposición, como la paga de por medio, ya no se respetaría ese principio.
El 13 de septiembre, este Diario publicó un reportaje en cual se daba cuenta cómo se ejecutaban estos matrimonios. Para ingresar al Ecuador y obtener la ciudadanía, miles de cubanos buscan contactos con ecuatorianos o con isleños naturalizados. Ellos envían las cartas de invitación para el viajero.
Pagan en ocasiones hasta USD 2 000 para dejar Cuba y otros USD 200 en Ecuador por la misiva. También falsifican documentos de la Embajada de Cuba o las cédulas de identidad de las personas que fungen de novios, para tratar de despistar a las autoridades. Pero la Policía conoce cómo operan y por ello mantiene agentes vestidos de civil en las inmediaciones de las oficinas, donde se realizan los matrimonios.
Ellos investigan irregularidades con respecto a los matrimonios y rastrean a las mafias, que operan desde Cuba. En Ecuador tienen contactos nacionales que se encargan de reclutar a los posibles novios falsos. Tratan de convencer a hombres y mujeres de escasos recursos o que vivan en las áreas rurales del país y sin educación formal.
Para evitarlo, el Registro Civil emitió, el pasado 4 de junio, la resolución 003 que establece un nuevo requisito para que los extranjeros contraigan nupcias: deben de demostrar su permanencia por más de 75 días en el país.
Pero existe una excepción, el documento dice que también se puede realizar el matrimonio si antes de ese lapso demuestran la veracidad de la relación sentimental ante el Director del Registro Civil, quien es el único que puede dar el consentimiento para realizarla.
Otra medidas adoptadas por la institución es que los extranjeros solo se pueden casar en dos dependencias del país. Estas son: en la matriz de Quito y en el Registro Civil de Guayaquil, ubicado en el centro de la urbe.
Pero si los extranjeros consiguen el permiso de un Director del Registro Civil, pueden casarse en 22 dependencias que el organismo tiene en el país.
En un año aumentaron en un 375%. El año pasado se registraron 456 bodas de ecuatorianos con cubanos, mientras que hasta finales de noviembre de este año la cifra se incrementó a 1 710.
Pese a ello, Mancheno asegura que los matrimonios empiezan a ser menos frecuentes. “Creo que el endurecimiento de las entrevistas, que ahora se aplica, genera resultados. Antes, cada día llegaban unas 18 parejas para casarse y ahora solo tratan de hacerlo unas cuatro”.