Alias ‘Cherry’ es sospechoso del secuestro de equipo periodístico

El equipo periodístico de este Diario fue secuestrado en Mataje, Esmeraldas, mientras realizaban su trabajo en la zona. Foto: Archivo Cortesía

El equipo periodístico de este Diario fue secuestrado en Mataje, Esmeraldas, mientras realizaban su trabajo en la zona. Foto: Archivo Cortesía

El equipo periodístico de este Diario fue secuestrado en Mataje, Esmeraldas, mientras realizaban su trabajo en la zona de frontera. Foto: Archivo Cortesía

Un nuevo implicado en el secuestro del periodista Javier Ortega, del fotógrafo Paúl Rivas y del conductor Efraín Segarra fue detenido este martes, 17 de julio del 2018, en La Guayacana, una zona rural de Tumaco, en Colombia.

EL COMERCIO confirmó con la Policía de Colombia que se trata de alias ‘Cherry’, quien sería el autor material por haber interceptado el vehículo en el cual se movilizaba el equipo periodístico de este Diario en la zona fronteriza de Mataje, el pasado 26 de marzo.

“Detuvo la camioneta y la orden que tenía de ‘Guacho’ era que a todo extraño lo asesinaran, pero al confirmar que se trataba de periodistas se comunicó con ‘Guacho’, quien le ordenó que se los llevara”, informó este martes el diario colombiano El Tiempo, que cita a una “fuente de la Fuerza Pública”.

Según el medio de comunicación, ese 26 de marzo el sospechoso actuó en compañía de otros tres hombres armados. Él tendría menos de 30 años y tras su captura será trasladado a Bogotá para legalizar su detención y tomar su versión.

‘Cherry’ es el segundo arrestado por el secuestro del equipo periodístico, cuyo asesinato se confirmó 18 días después. El primer vinculado fue Jesús Vargas Cuajiboy alias ‘Reinel’, capturado el pasado 7 de julio en el departamento colombiano del Cauca. Las autoridades del vecino país indicaron que era la persona que habría estado a cargo de custodiar a los tres trabajadores ecuatorianos.

Según El Tiempo, la detención del segundo sospechoso se llevó a cabo durante operativos para localizar a los responsables del asesinato de los tres agentes del CTI de la Fiscalía colombiana, acribillados el 11 de julio pasado.

Este crimen, así como el secuestro de los periodistas y su posterior asesinato han sido atribuidos a alias ‘Guacho’, líder del autodenominado Frente Óliver Sinisterra, que opera en las zonas rurales de Tumaco y otros municipios del departamento de Nariño.

Al líder, quien integró la Columna Móvil Daniel Aldana de las FARC, también se le atribuyen los secuestros y asesinatos de Óscar Villacís y Katty Velasco, una pareja de ecuatorianos.

A estos hechos delictivos se suman las investigaciones en contra de ‘Guacho’ por una serie de atentados terroristas ocurridos desde octubre del 2017. Hasta abril pasado se contabilizaron más de 30 ataques.

Las fiscalías de Colombia y de Ecuador han recibido información sobre la estructura que dirige ‘Guacho’.

Un exmilicano, ahora detenido en Colombia, reveló que el Frente tendría alrededor de 300 hombres ecuatorianos y colombianos. Ellos están divididos en escuadras, cada una con al menos 12 milicianos. Cada escuadra tiene control de las caletas de armas, las drogas y la seguridad de la zona.

También existen las llamadas comisiones, que se encargan de tareas puntuales como poner orden en el interior de la organización o en el control de las tierras que se destinan para el cultivo de coca.

Según el informante, uno de estos líderes de escuadra es alias ‘Romario’ o ‘Vitamina’. Ha sido identificado como el segundo cabecilla de la Columna Móvil Daniel Aldana de las FARC, en la que ‘Guacho’ se encargaba de las finanzas. Tendría alrededor de 40 años.

Otros grupos que pertenecen al Frente Óliver Sinisterra lo conforman los colaboradores y los patrocinadores. Los primeros se encargan de proveer insumos para la producción de cocaína, entregar alimentos y realizar los “mandados” del líder disidente.

Entre estos se encuentra alias ‘Julio’. Es oriundo de Mataje y su trabajo era transportar a todos los integrantes del grupo armado en un vehículo, desde Mataje a cualquier lugar de la frontera norte. También llevaba a ‘Guacho’ y se encargaba de repartir las remesas o los pagos al personal.

En el grupo de los patrocinadores están todos los que compran la base de cocaína a ‘Guacho’ o se encargan de su producción y transporte. Ellos, además, harían inteligencia delictiva. Es decir, informan sobre la presencia de policías, militares, investigadores o grupos enemigos en las zonas donde tienen operaciones.

El miliciano mencionó en la Fiscalía el nombre de alias ‘Ferney’, un narcotraficante que supuestamente se mueve en el sector colombiano de Vallenato, en Tumaco. En ese lugar el hombre tendría cocinas o laboratorios para el procesamiento de cocaína.

Otro narcotraficante fue identificado como alias ‘Pellejo’. Se trata de un ecuatoriano de unos 50 años que permanece en la zona urbana de Tumaco y que siempre lleva en su poder una pistola.

Alias ‘Fabián’ o ‘Gringo’ es uno de los hombres más cercanos a ‘Guacho’. Según el informante, esta persona realiza acciones delictivas en la vereda de Puerto Rico, corregimiento de Llorente, en Tumaco. Además, es el encargado de las caletas de la base de coca que producía alias ‘Cachi’. Este último es el segundo al mando del grupo criminal y está preso en el vecino país.

2 248 falsos positivos

La Fiscalía colombiana entregó este martes 17 de julio un informe a la Jurisdicción Especial para Paz (JEP) en el que identifica 2 248 casos de “falsos positivos”, entre 1988 y 2014. Así se denomina a los civiles asesinados a manos de militares, para presentarlos como guerrilleros muertos en combate.

La Fiscalía señaló en un comunicado que “este fenómeno se incrementó a partir del año 2002 y conoció su etapa más crítica entre 2006 y 2008”, los años en que se concentró el 59,3% de los casos.

La JEP, el organismo de justicia transicional creado para juzgar los crímenes cometidos en el marco del conflicto armado colombiano con las FARC, recibió este informe para investigar los hechos.

La Fiscalía aseguró que 5 626 personas han sido procesadas por estos delitos, de los cuales 3 826, el 68 % del total, eran soldados en el momento en que ocurrieron los crímenes.

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