Limpieza. El personal cuenta con dispensadores que permiten lavar los ojos, en el caso de que tengan contacto con elementos irritantes. La tuneladora tiene una tubería incluida que permite dotar de agua a esta maquinaria. Foto: Julio Estrella / EL COMERCI
La Guaragua empezará a dar forma a un tramo del túnel esta semana. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Una ‘fábrica’ rodante gigante empezará a excavar el primer tramo del túnel del Metro de Quito, en los próximos días. La tuneladora, conocida como La Guaragua, junto con un grupo de 60 personas –por turno- estarán a cargo de operar esta maquinaria.
Al empezar con esta intervención, en la parte subterránea de la ciudad, los operarios trabajarán, literalmente, mientras La Guaragua se mueve de a poco desde El Labrador hasta La Alameda. Serán 8,1 kilómetros de distancia.
En promedio, la edificación de este tramo del túnel tomará unos 16 meses, precisó José Pablo Castro, coordinador de la construcción del túnel entre El Labrador y La Alameda.
Durante este tiempo, alrededor de 240 operarios -60 por turno- pasarán al menos ocho horas al día en el ‘interior’ de la tierra. Caminarán por estrechos pasillos, ingresarán a espacios confinados para hacer su labor, comerán ahí mismo...
En fin, este equipo de gran magnitud se convertirá temporalmente en su segundo hogar. Castro explicó los aspectos curiosos de la tuneladora.
Apoyo. El ensamblaje y operación del primer kilómetro y medio de La Guaragua serán supervisados por un equipo de expertos alemanes. La maquinaria fue construida por la empresa Herrenknecht, radicada en Schwanau, Alemania. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Dimensión. La tuneladora está distribuida en tres niveles. Para acceder a estos, las personas se deben movilizar por estrechas escaleras metálicas. En total, este equipo mide 100 metros de longitud por 9,40 metros de ancho. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Flexibilidad. La parte frontal de la tuneladora tiene una articulación que permite que esta maquinaria realice giros en los tramos que requiera. Toda la pieza delantera pesa 800 toneladas, el resto (lo posterior) pesa 400 toneladas. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Excavación. La rueda de corte, encargada de remover la tierra, tiene una especie de dientes que retira la tierra y la conduce hacia un espacio para sacarla al exterior. Este proceso no genera polvo, el material sale en forma de pasta. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Movimiento. En la parte inferior la tuneladora tiene unas ruedas (buggiies) que le permiten moverse, cuando se ejerce presión sobre las dovelas (piezas de hormigón). Se avanza unos 100 milímetros cada minuto, al mes serán 400 metros. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Alimentación. Los operarios cuentan, en el segundo nivel de la tuneladora, con un comedor que tiene capacidad para 20 personas. Tiene lavamanos, mesas, sillas. Es un espacio cerrado. Y afuera, disponen de servicios higiénicos. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO
Logística. Para dotar de material, trasladar al personal y dar mantenimiento a la tuneladora se utilizan unos vehículos especiales. Estos cuentan con un volante y pedales en ambos extremos para que se movilicen en este espacio reducido. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Limpieza. El personal cuenta con dispensadores que permiten lavar los ojos, en el caso de que tengan contacto con elementos irritantes. La tuneladora tiene una tubería incluida que permite dotar de agua a esta maquinaria. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO