Desempeño

Durante el año 2009, la crisis internacional afectó al desempeño de las economías de América Latina.

Aprovechando un entorno internacional favorable y después de seis años de continuo crecimiento,  las economías de América Latina experimentarán un retroceso en su crecimiento.

Por el lado positivo, la inflación promedio en la región bajó en comparación al año anterior, lo que implicó un menor deterioro de los ingresos reales. Tal como ocurrió en crisis anteriores, las exportaciones registraron una fuerte caída debido a la disminución del comercio mundial lo que afectó a los precios de las materias primas incidiendo en el deterioro de los términos de intercambio.

Las remesas de los inmigrantes disminuyeron y la inversión extranjera directa cayó a sus niveles más bajos de la década. Así mismo, el crédito bancario se contrajo y la banca pública tuvo que compensar por la paralización del crédito privado. Las expectativas negativas sobre el desempeño económico impactaron en el consumo privado.

Debido a las políticas contracíclicas aplicadas por algunos gobiernos, el único componente de la demanda agregada que creció en la primera parte del año fue el consumo público, contribuyendo a la recuperación económica en el segundo semestre del año.

Por lo tanto, el estímulo fiscal ha sido el denominador común de la región para sacar a las economías de la recesión.  Se proyecta que las economías de América Latina se recuperarán en el presente año, por lo cual, la salida de la crisis va a ser más rápida en comparación con lo sucedido en períodos anteriores.

Esta realidad es producto de las prudentes políticas macroeconómicas aplicadas después de la crisis asiática de fines de los años noventa que ocasionaron, entre otros episodios, la quiebra de los principales bancos en México; el ajuste al Plan Real en Brasil dentro de un entorno de pérdidas de reservas internacionales; y el principio del colapso de la convertibilidad argentina.

En esta ocasión, aprovechando el favorable entorno internacional, las principales economías de la región acumularon importantes niveles de reservas internacionales, que sirvieron para evitar especulaciones cambiarias, manteniendo las paridades y en muchos casos hasta el fortalecimiento de los tipos de cambio.

Otra importante diferencia con crisis anteriores son las políticas aplicadas para disminuir el endeudamiento público y reprogramar su perfil.

De un nivel de endeudamiento público del 65% en relación con el PIB en  2002, al cierre de 2008, ese indicador bajó al 31,4%. Las reservas internacionales en ese período, subieron en USD 342,5 mil millones, dándole a los gobiernos suficiente margen para enfrentar la crisis. 

Dado que las principales economías del mundo saldrán de la recesión, la región se apresta a dar inicio a un nuevo ciclo de crecimiento sostenido.

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