Drama y pugna política tras desalojo en la Trinitaria

Desalojo de viviendas en el sector de la Isla Trinitaria. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO

Desalojo de viviendas en el sector de la Isla Trinitaria. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO

En medio de los escombros, algunos de los desalojados se animan a levantar nuevamente sus viviendas de caña y madera. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO

En tensión. Así amaneció ayer la barriada de la Cooperativa Mélida Toral, en el sur de Guayaquil, en el sector donde 40 familias fueron desalojadas el pasado viernes por la Secretaría Técnica de Prevención de Asentamientos Humanos Irregulares (Stpahi).

El anuncio de que maquinaria pesada entraría a ese sector de la isla Trinitaria, para retirar escombros de las casas de caña y madera demolidas, mantenía inquietos a los vecinos y a los afectados, que desde el fin de semana permanecen en cuatro carpas instaladas por el Municipio de Guayaquil.A manera de barricada, varios moradores colocaron pedazos de madera en la calle para obstaculizar el ingreso de equipo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi). Se anticipó que llegaría a las 08:00 para tareas de limpieza, pues en el área desalojada el Gobierno planea construir un parque lineal, como parte de la recuperación del estero.

La tensión aumentó ante este anuncio hecho la víspera, en rueda de prensa, por el gobernador del Guayas, Rolando Panchana, quien además exigió a las autoridades municipales que retirasen las carpas instaladas en la calle próxima al sitio.

“Le exijo al Alcalde de Guayaquil (Jaime Nebot) que no tenga un comportamiento fariseo. A él no le viene esa falsa solidaridad de montar carpitas de guerra en la zona invadida. Si las carpas no se mueven, significa que el Alcalde de Guayaquil solapa las invasiones”, dijo Panchana la tarde del lunes.

Algunos vecinos recuperan parte del material de desalojo. Los moradores (derecha) se mantienen en vigilia en el sector. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO

Ayer, Nebot aclaró que la colocación de las carpas no interfiere con ninguna acción gubernamental. “Ellos (el Gobierno) dicen que quieren limpiarlo (el terreno desalojado), tienen varias calles de acceso al terreno para que lo limpien. Si quieren insistir, como han dicho, en el desalojo de las otras familias, están en su facultad legal de hacerlo. Las carpas no interfieren ni van a interferir en nada de eso, pero así como yo no interfiero en acciones de carácter gubernamental, ellos no pueden interferir en las decisiones que nosotros tomamos desde el punto de vista humanitario y temporal”.

Y reconoció en el Gobierno la competencia de desalojar según la ley. “El aspecto humanitario es el que a nosotros nos ha tocado atender. Hemos puesto carpas, momentáneamente. No se podía ver con indiferencia que niños, ancianos, mujeres y hombres estén a la intemperie, en pleno invierno”.

En el sitio, y con los ánimos caldeados, moradores dijeron que si el Miduvi quiere ingresar lo podía hacer por otra calle. “Por qué no pasan por donde entraron los tractores con los que demolieron nuestras casas”, expresó uno de ellos.

Un delegado del Miduvi llegó al sitio y dialogó con los afectados, a quienes trató de calmar. Ellos pedían la presencia del gobernador Panchana y del secretario Técnico de Prevención de Asentamientos Humanos Irregulares, Julio César Quiñónez, para dialogar. Luego el funcionario se retiró sin que ingresara la maquinaria.

Quiñónez indicó que no todos los ciudadanos que han salido en medios ocupando las carpas pertenecen a las 40 familias notificadas y retiradas de la zona, el pasado viernes. Y que hay 33 familias que han firmado un acuerdo.

Ante el reclamo de los desa­lojados, quienes aseguran que no han firmado ningún documento, se planteó la posibilidad de realizar un nuevo censo para revisar le información.
La Stpahi tiene pendiente aún la demolición de otro centenar de viviendas en el lugar. Elementos de la Policía Nacional se mantienen allí.

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