En la delegación del Consejo Electoral en Cotopaxi hubo una desafiliación grupal de AP, la semana pasada. Foto: Fabián Maisanche /El Comercio
Los desafiliados de Alianza País (AP) en Cotopaxi se plantearon formar un nuevo movimiento provincial para las próximas elecciones. Entre los líderes estarían Walter Calderón, Patricio Córdoba, Abelardo Tucumbi, Marielena Tobar y Rodrigo Espín.
Las reuniones iniciarán la próxima semana y se espera que en ellas se configuren las principales bases ideológicas y programáticas de la naciente agrupación política.
El grupo que decidió abandonar Alianza País, según Tucumbi, ha trabajado en una lucha social y en la actividad política desde que se fundó el movimiento. Ahora, que decidieron dejar esa tienda política, considera necesario crear “un movimiento propio de la provincia, para el servicio de Cotopaxi y con identidad propia”.
Tucumbi asegura que él y un grupo de unas 400 personas se desafiliaron hasta el miércoles pasado y que la jornada de Latacunga fue un acto público en el cual manifestaron su desacuerdo con la dirigencia del movimiento.
La vicepresidenta de la Asamblea Nacional y miembro de AP, Rosana Alvarado, dijo que tenían información de que la cifra de desafiliados es mucho menor, pero que “todas las desafiliaciones cuentan”. Sin embargo, considera que estos son procesos naturales dentro de las tiendas políticas y que no deben ser ni minimizados ni sobredimensionados.
Estas medidas pueden ir desde un llamado de atención hasta una medida de presión, según Alvarado. “Hay que reconocer que fue un proceso importante de definición de las directivas provinciales y cantonales”. Agregó que este tipo de situaciones deben ser analizadas dentro de las directivas locales y nacionales, para definir acciones a futuro.
Carlos Córdova, exdirector cantonal en Latacunga de AP, espera que más gente se desafilie y que se sume a la nueva propuesta.
Según Córdova, la dirigencia provincial y nacional no respaldó lo suficiente a las bases. A eso añaden acusaciones de una supuesta entrega de cargos públicos a familiares y grupos cercanos a las autoridades, la falta de control en el trabajo social y el escaso apoyo a las escuelas de formación política. “Más de uno vino a insultarnos por las propuestas y los cambios”.
El dirigente sostiene que la desafiliación en Cotopaxi podría replicarse a escala nacional. Córdova asegura que en las bases hay inconformidad por cómo se está llevando el movimiento. “Conocemos que grupos de Orellana, Sucumbíos, Santo Domingo de los Tsáchilas tienen ganas de salirse del movimiento y posiblemente haya de otras provincias”, aseguró Córdova.
La meta en Cotopaxi es lograr que las alrededor de 2 200 personas que este grupo logró afiliar durante un año de trabajo con la población, ahora salga de AP. Pero Tucumbi acepta que esto no se consigue de repente, sino que requiere de un acercamiento sostenido con la gente, para argumentar sus motivos y eso tomará tiempo.
En diciembre pasado, en la capital de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas hubo un remezón dentro del Municipio. Cinco concejales dejaron también las filas de AP, por desacuerdos con las decisiones de los directivos del movimiento. A inicios de enero anunciaron que crearán un nuevo movimiento llamado Victoria. Asistieron a capacitaciones en el CNE para saber los pasos necesarios para formar su propia tienda política.
La asambleísta Ximena Ponce (AP) dijo que no es del interés del movimiento tener afiliados por una cifra, sino gente que trabaje. “Si están en desacuerdo con los principios del proyecto y las decisiones que tomamos, están en su derecho”. Según Ponce, el miércoles en Latacunga se desafiliaron 23 personas.
Ella considera que AP debe hacer una autocrítica. “Después de estos nueve años hay un desgaste, por el ejercicio de la política. Cada ley que trabajamos tiene repercusión”. Considera que se debe aprovechar mayo para en la convención nacional ratificar o elegir una nueva directiva, y así consolidar los flujos de democracia interna.