El voto en el Ecuador no siempre fue como se lo ejerce hoy en día. Desde 1830, cuando nació la República, hasta la actualidad, el mecanismo de sufragio ha sufrido nueve cambios.
El Ecuador fue concebido como una nación democrática, en donde los ciudadanos tenían derecho a elegir y ser elegidos. Sin embargo, no todos podían acceder a esa posibilidad. Tan solo los hombres mayores de 21 años, que sabían leer y escribir, que tenían una propiedad y no trabajaban como sirvientes, podían sufragar.
Así, en un país de cerca de 500 000 habitantes, las decisiones quedaban en manos de 8 000 ciudadanos. Además, el voto no era directo como en la actualidad: entonces se elegía mediante un sistema de asambleas. Por ejemplo, los votantes parroquiales elegían a representantes cantonales, que a su vez escogían a los delegados provinciales y ellos, a los senadores y diputados.
Desde el principio de la República, el voto fue obligatorio. Pero no existían mecanismos para hacerlo efectivo. La razón: hasta 1947, los ciudadanos debían inscribirse en los Municipios de las ciudades para poder votar y no había ningún control para verificar que hayan cumplido con esta obligación.
Luego, con la aplicación de la cédula de identidad, se empezó a llevar un registro de la gente que podía hacerlo.
Poco a poco, las constituciones políticas modificaron el mecanismo de sufragio y se amplió el derecho a otros sectores, que tradicionalmente habían estado excluidos, uno de ellos, los sacerdotes.
Así, en 1861 se suprimió el requisito de que los votantes tuvieran una propiedad. En 1884 se eliminó la obligación de que los candidatos fueran acaudalados para poder participar en una contienda electoral.
Hasta ese entonces, los postulantes debían tener una renta de 3 000 pesos, que representaba una fortuna. A finales del siglo XIX el salario de un jornalero era de medio real; ocho reales eran un peso. Es decir, con 3 000 pesos se podía cubrir el sueldo de 48 000 empleados.
Para la Revolución Liberal de 1895 el voto, como institución política, tuvo una particular importancia, pues se introdujeron cambios históricos, pero también abrió paso a lo que el historiador y exdiputado Enrique Ayala Mora llamó el ‘oscurantismo liberal’.
Entre lo más destacado de esta época estuvo el cambio de edad mínima para ejercer este derecho: de 21 a 18 años.
En 1928, también bajo el control liberal, la Constitución de ese año, reconoció por primera vez el voto femenino, luego de que Matilde Hidalgo de Prócel, la primera médica del país, reclamara su derecho en 1924.
Esa carta política, además, eliminó el voto militar que estuvo presente desde 1830.
Pero los retrocesos democráticos también se destacan en este período. Al Partido Liberal siempre le cuestionaron por su manejo irregular de los procesos electorales. Según Ayala Mora, esta tienda fue experta en controlar procesos electorales y fraudes sistemáticos.
Este comportamiento eclosionó en 1944, al final del mandato del Carlos Arroyo del Río. Uno de los hechos que precipitó su renuncia y desató La Gloriosa fue la denuncia de un fraude liberal en contra de José María Velasco Ibarra.
A partir de ese momento nació en el Ecuador un nuevo sistema de control electoral. Se creó el Tribunal Superior Electoral, que luego fue Supremo. Y, 34 años más tarde, se reconoció el derecho de los ciudadanos analfabetos de sufragar, aunque de forma voluntaria.
Finalmente está la Constitución vigente, que aprobó el voto facultativo para los adolescentes entre 16 y 18 años, militares, policías y extranjeros con cinco años de residencia.
Pese a este cambio, las cifras de los jóvenes que acudieron a las urnas son discretas: no superó el 30% en las elecciones del 2008, según Pablo Ayala en su libro ‘El voto de los adolescentes en el Ecuador’.
El voto, ¿obligatorio?
Pese a tanto cambio que ha experimentado el derecho al sufragio, en el país nunca se ha instaurado un verdadero debate sobre la conveniencia de volverlo voluntario para toda la población. Esto fue aplicado en países como Chile o Colombia, considerados como portadores de democracias más maduras. Por eso, dos analistas políticos señalan que el Ecuador podría no estar preparado para asumir un sistema de esta naturaleza.
Según Carlos Aguinaga, expresidente del TSE, “el voto facultativo es adecuado en naciones maduras, sólidas, que tienen una tradición de respeto a los valores democráticos. En el Ecuador todavía se debe cultivar el pluralismo, el respeto a la opinión ajena, la transparencia en los actos democráticos…”, sostiene.
Asimismo, Sebastián Mantilla considera que aplicar este tipo de cambios es posible cuando existe una formación y cultura política profundas, por parte de los ciudadanos, respecto a lo que implica dar el voto por determinado candidato. “El voto se ve como una obligación y no como un derecho ciudadano que fortalece la democracia, como una medida de sancionar a los partidos cuando no cumplen su deber. Tal vez no estamos preparados por la falta de capacitación sobre lo que está detrás de las elecciones”, señaló.
Este tipo de discusiones se ha mantenido a lo largo de la historia. Una confrontación entre la democracia participativa y la democracia consciente.
Cronología
1830 Nace la República. El Ecuador surgió como una nación democrática, en la que se reconoció el derecho al voto, aunque no universal.
1861 Primer cambio. Se eliminó el requisito de que los hombres tuvieran propiedades para sufragar. Se mantenía la edad de 21 años.
1884 Las candidaturas. A partir de entonces, los candidatos que se postulaban ya no tenían el requisito de ser personas acaudaladas.
1897 La edad. Luego de la Revolución Liberal (1895) se cambió la edad mínima para poder sufragar. Pasó de 21 a los 18 años.
1928 El voto femenino. La Constitución de ese año aprobó el voto para las mujeres. Matilde Hidalgo de Prócel fue la primera en hacerlo.
1945 Voto obligatorio. La nueva normativa estableció la obligatoriedad de que hombres y mujeres, mayores de 18 años y alfabetos, sufragaran.
1947 Sistema Electoral. La Constitución introdujo la cédula de ciudadanía, que permitió la creación de padrones. Se crea la Ley de Partidos.
1978 Voto universal. Se reconoció el derecho al voto de los analfabetos, entre los que estaba un amplio número de indígenas y campesinos.
2008 Voto facultativo. La Constitución reconoció el voto facultativo para adolescentes, extranjeros con ciertos requisitos y uniformados.