15 violaciones se denuncian a diario en el país

Para agilitar los casos, la Fiscalía, a través de la Resolución-043, emitida el 22 de junio de 2015, creó un plan piloto de 12 Unidades Especializadas en Violencia de Género. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO.

Para agilitar los casos, la Fiscalía, a través de la Resolución-043, emitida el 22 de junio de 2015, creó un plan piloto de 12 Unidades Especializadas en Violencia de Género. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO.

Para agilitar los casos, la Fiscalía, a través de la Resolución-043, emitida el 22 de junio de 2015, creó un plan piloto de 12 Unidades Especializadas en Violencia de Género. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO.

La reacción de su nieto fue tan extraña que no dudó que algo malo le sucedía. Al escuchar el nombre de su padre, el pequeño de 9 años empezó a llorar inconsolablemente. Suplicó que no lo enviara de nuevo con él, que se portaría bien.

Inés, abuela del niño, logró que le contara la verdad: su padre abusaba sexualmente de él. Lo obligaba a ver películas pornográficas en donde hombres tenían relaciones con hombres.

Cuando lo bañaba aprovechaba para tocar sus genitales. Y lo violó. Inés presentó la denuncia en mayo de este año en la Unidad especializada contra la violencia sexual en Quito.

En marzo, en Guayaquil, una madre descubrió que su esposo había violado a su hija de 6 años. Lo supo cuando revisó una memoria flash de su pareja.

Encontró fotografías de su pareja manteniendo relaciones sexuales con una menor. Observó bien. Era su niña. Otro caso: un riobambeño de 28 años fue atacado sexualmente por otro hombre dos años mayor a él, en junio pasado.

Cada día, en el país, 15 personas denuncian una violación. Estas ocurren en escuelas, hoteles, hogares, parques...

Desde el 10 de agosto del 2014, cuando empezó la aplicación del Código Orgánico Integral Penal, hasta marzo pasado, se reportaron 3 171 violaciones. Estos datos se encuentran en el último informe de la Fiscalía sobre delitos contra la mujer y el núcleo de la familia.

En esos siete meses también se reportaron 1 902 casos de abuso sexual, que a diferencia de la violación, no termina en penetración, pero implica una forma de contacto mediante la fuerza o la intimidación.

En ese tiempo también se reportaron 721 casos de acoso. Los niños y personas con discapacidad son más vulnerables a la violencia sexual. El agresor, por lo general, es alguien cercano al entorno familiar.

Por la violación de una pequeña de un año y cinco meses está detenido su padre adoptivo. La madre dejó a la niña a su cuidado mientras cosechaba yuca en Los Ríos. Cuando regresó notó que su hija había sido bañada y no dejaba de llorar.

Sus genitales estaban rojos. La llevó al centro de salud, en donde los médicos confirmaron que hubo agresión sexual.

Según la psicóloga infantil, Mayra Alcívar, niños y adolescentes tienen dificultades para superar una violación porque descubrieron la sexualidad de forma inadecuada, violenta.

La terapia ayuda a la hija de Carlos P. a recuperarse de una violación. El padre notó el cambio de actitud de su niña de 11 años y sospechó que algo le sucedía. Todo el tiempo estaba triste y ya no pintaba. Le hizo preguntas hasta que la menor le confesó que uno de sus amigos abusó de ella. “El mundo se me desmoronó. Mi amigo de 48 años había violado a mi hija y yo no lo detecté a tiempo”.

Él denunció el abuso en la Fiscalía de Santo Domingo, pero el proceso se dilató. Han pasado ocho meses y la semana anterior un juez dictó prisión preventiva para el sospechoso, a quien aún no han localizado.

La demora del proceso judicial motivó a Carlos P. a levantar un movimiento de ayuda para las personas que viven casos similares al de su pequeña.  Hasta el momento hay más de 30 personas que lo conforman. Ellos buscan que los agresores de sus hijos, la mayoría menores, paguen por los delitos.

Para agilitar los casos, la Fiscalía, a través de la Resolución-043, emitida el 22 de junio de 2015, creó un plan piloto de 12 Unidades Especializadas en Violencia de Género, que funcionarán en provincias con mayor índice de delitos sexuales como Guayas, Pichincha y Santo Domingo de los Tsáchilas.

En esta última provincia, Mélida Jara lidera el proyecto. Ella evalúa los procesos que no han llegado a su fin porque el acusado se fugó u otras razones.

En el último semestre del 2014, por ejemplo, en la provincia tsáchila se registraron 208 denuncias. Una de estas fue el de una niña de 13 años que fue abusada por un amigo de su familia en el 2012. Pero el proceso tardó hasta febrero de 2015, cuando un Tribunal Penal de Santo Domingo finalmente lo sentenció a 20 años de prisión.

Carmen H., de 30 años, es hermana de la víctima. Ella recuerda que durante el primer año, la menor no podía dormir. Se despertaba llorando y dejó de ir al colegio. “Una de las amenazas que ese hombre le decía era que nos iba a matar si ella denunciaba lo que él hizo”.

El temor de que su nieto tenga que repetir una y otra vez la historia de cómo fue abusado por su padre hizo que Inés dudara de hacer la denuncia. Quería dejar “en manos de Dios”, pero los pastores de su iglesia le recomendaron acudir a la justicia.

Quería evitar que el niño relatara a la Policía, al fiscal, al psicólogo y al juez la historia. Hasta ahora solo ha tenido que contar esos detalles a una psicóloga. Su testimonio quedó grabado en video. El relato sirvió para que el hombre fuera apresado, mientras su nieto vive con ella y recibe terapia.

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