Las cinco cabinas que se pusieron en las principales estaciones del sistema metropolitano de transporte han receptado, de enero a marzo de este año, 97 denuncias. Todas pertenecen a mujeres que han sido víctimas de acoso sexual en las unidades de transporte en las paradas de bus.
Camila C, joven de 19 años, asegura que en febrero sufrió un ataque en una unidad del Trolebús. “Cuando estaba en el intercambiador de la Y, alguien aprovechó la oscuridad y me manoseó“. Ella recuerda que no pudo defenderse ya que no identificó a su agresor.
Esta historia es parte de las estadísticas que manejan el programa Ciudades Libres de Violencia y el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana. De estos documentos se desprende que el 58% de 910 mujeres encuestadas respondió que han sentido, en varias ocasiones, que los hombres se han recargado sobre ellas con intenciones de carácter sexual.
Daniela Chacón, concejala, impulsó, en conjunto con la Empresa de Pasajeros, el proyecto Cuéntame para bajar los índices de acoso. Del despacho de la edil se informó que hasta el momento se han sensibilizado a cerca de 708 304 usuarios para que conozcan sobre esta problemática. Desde noviembre del 2014 hasta marzo de este año se recibieron 144 denuncias y se han sancionado a varios infractores.
Hay cabinas en las terminales Quitumbe, Recreo, Marín-Valles,Río Coca y la Y. Personal capacitado labora en estos sitios desde las 06:00 hasta las 21:00 los siete días de la semana.
Pese a estos esfuerzos por mejorar las condiciones de seguridad, siguen existiendo abusos en el sistema de transporte en donde las mujeres se sienten inseguras. También hay otro tipo de problemas como grescas verbales o físicas entre los pasajeros por conseguir un puesto para sentarse.
Además, hay agresiones por parte de los conductores hacia los usuarios. Por otro lado, los conductores y oficiales se quejan por “los abusos” y los improperios que reciben por parte de los pasajeros. Mónica F., una joven oficial que labora en las unidades que conectan el Valle de Los Chillos con Quito, señaló que en más de una ocasión recibió improperios de “gente abusiva”.
Además, recordó que en una ocasión una persona en estado etílico casi la agrede físicamente. Otros usuarios tuvieron que intervenir para evitar la agresión. Aún debaten los ciudadanos y las autoridades las condiciones que se deben cumplir para mejorar el sistema de transporte.