Redacción Sociedad
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Para ingresar al centro de diálisis Contigo (18 de Septiembre OE2-118 y Versalles) hay que pasar dos pequeñas puertas de metal y una garita de seguridad privada.
El 15 de abril, el gerente de este centro privado, Marcelo Espín Cunha, y el director general del IESS, Fernando Guijarro, firmaron un convenio para que la clínica atienda a los pacientes del Seguro con enfermedades renales.
El entendimiento se suscribió pese a que desde hace 11 años Espín Cunha es esposo de la actual directora del hospital Carlos Andrade Marín, María Sol Larrea.
El Grupo Contigo tiene dos establecimientos más que atienden a pacientes del Andrade Marín.
Contigo Norte (ubicado en El Inca E2-25 entre Amazonas y 10 de Agosto) es manejado por Marcelo Espín Paredes, suegro de Larrea. Mientras que Contigo Sur está representado por Alejandro Espín, cuñado de la funcionaria.
Larrea reconoció este parentesco, pero dijo que los contratos no los firmó ella, sino el director del IESS, Fernando Guijarro. Y que “no hay conflicto de intereses”.
Pese a ello, la asambleísta oficialista y ex directora del IESS, Betty Amores, adelantó que el caso va más allá de lo legal y cae en lo ético. “No puede haber injerencia entre la Directora del hospital y personas que son proveedoras”. E insistió que este tipo de servicios entregue el propio hospital.
Larrea se reunió hoy por más de media hora con el presidente del IESS, Ramiro González. Cerca de las 13:00, los dos se presentaron y culparon al subdirector de aseguramiento de Salud de Pichincha, Jarvey Rivadeneira, de escandalizar con el tema. “Incluso sé que el caso lo llevó a la Contraloría”, señaló González.
Rivadeneira es precisamente el funcionario que controla los convenios que el IESS firma con los centros privados y califica la calidad de atención que prestan. Él labora en el noveno piso del edificio Chimborazo del Seguro, pero hoy no habló. “No tengo permiso para pronunciarme”, indicó. Aunque González adelantó que será separado de sus funciones.
Este Diario ingresó hoy a Contigo Centro, pero no estaba Espín Cunha. Sin embargo, antes de ello, vía telefónica él señaló que los contratos no son irregulares, porque pasaron por un proceso de acreditación (calificación de las clínicas) basado en la Resolución CD 020 del año 2002.
Datos del IESS revelan que los tres centros Contigo cubren al 25% de los 900 pacientes renales que el IESS registra en Quito.
En 2008 cobraron USD 3,5 millones y en el primer trimestre de 2009 captaron USD 1 millón. Por cada paciente, el Seguro desembolsa USD 1 200 cada mes.
En una publicación del domingo 17 de agosto de 2008, este Diario reveló que en 1992 el Grupo Contigo apenas contaba con 10 máquinas de hemodiálisis y ahora suman 60, mientras que el Andrade Marín tiene 15. En ese entonces, Espín Cunha dijo que el acuerdo con el IESS ayudó a mejorar la tecnología.
Contigo Sur opera en el barrio Solanda (Quito). Allí, Alejandro Espín fue enfático al decir que no tiene relación laboral con Larrea y que dependen del Seguro de Salud. Contrario a él, Espín Paredes negó una cita y colgó el teléfono.
En tanto, el presidente de pacientes de diálisis del hospital del IESS, Pablo Cabezas, pidió una auditoría integral del hospital.