La denuncia de espionaje por orden oficial genera reacción

Bogotá,  DPA

El presidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, Jaime Arrubla, se declaró ayer “perplejo” por el espionaje que afectó a magistrados, políticos opositores y periodistas y que, según un ex funcionario del servicio secreto, fue ordenado desde el Palacio de Gobierno.
 
La denuncia fue descalificada una vez más por el Ejecutivo, que expresó que quiere que se “conozca estrictamente la verdad” y se declaró “listo para esperar y respetar” las decisiones de los organismos que investigan el hecho.

El pronunciamiento de Arrubla se conoció tres días después de que el fiscal del caso, Misael Rodríguez, reveló que Carlos Arzayús,  ex funcionario de  Inteligencia del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, servicio secreto),   relató que la ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado, que también es investigada, le dijo que había que hacer el espionaje porque se trataba de un requerimiento de la Casa de Nariño (sede del Ejecutivo)”.
 
“Nos dejó perplejos el informe de este fin de semana (...).  Hay que llegar (en la investigación) hasta las últimas consecuencias”, dijo Arrubla, el cual, no obstante,  se encuentra con “algo bueno, pues la verdad está comenzando a surgir en las investigaciones de la Fiscalía General”.
 
Rodríguez hizo la revelación en el marco de una audiencia para legalizar la captura de cinco ex funcionarios del DAS que fueron arrestados el viernes pasado.
 
Sobre las declaraciones de Arrubla, el ministro de Interior, Fabio Valencia, manifestó que las escuchas ilícitas son “un acto reprochable que el Gobierno no comparte. No hay ningún funcionario de la Casa de Nariño que haya dado instrucción alguna que viole la Ley, ni en este caso de las chuzadas”, como se denomina popularmente el espionaje.

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