Redacción Machala
El repunte en El Oro de los casos de dengue clásico y hemorrágico, en relación a 2009, preocupa a las autoridades provinciales de salud. El problema obligó a intensificar las tareas de fumigación y de eliminación de criaderos del mosquito transmisor del virus.
En enero del año pasado, la cifra de infectados con dengue clásico llegó a 40, pero no hubo casos de la versión hemorrágica. Esta última puede conducir a la muerte sin tratamiento oportuno. Sin embargo, en enero de 2010, los casos se dispararon a 300, con seis más de dengue hemorrágico.
La prevención
En caso de dengue hemorrágico, la automedicación puede empeorar el cuadro clínico y llevar a la muerte.
En el Snem puede solicitar, de forma gratuita, abate, químico que se aplica en los depósitos de agua y que mata la larva del mosquito. No es tóxico.
Se puede rociar los toldos con insecticida contra el mosquito.
Hasta ayer, en El Oro había 483 casos reportados de dengue clásico y 15 de dengue hemorrágico. Dos casos más, de este último, aún no se confirmaban ayer.
La mayoría de los infectados vive en Machala, particularmente en el sur de la urbe. En ese sector está el barrio Venezuela, de donde procede uno de los pacientes.
Hasta el lugar llegó la tarde del miércoles una brigada de fumigación del Servicio Nacional de Control de Enfermedades Transmitidas por Vectores (Snem). Dos brigadistas fumigaron dentro de las viviendas y en los patios. Previamente, otro brigadista preguntó a los vecinos sobre su salud.
Aunque la mayoría de las familias colaboró con la fumigación dentro de sus viviendas, otras se rehusaron. “Fumigue el patio, pero no adentro porque estoy cocinando”, le dijo una vecina, desde la ventana de su casa de caña, al fumigador Juan Chamba. “El insecticida no es tóxico”, le insistió el brigadista, sin éxito.
Diego Dávila, coordinador de las tareas de fumigación en Machala, mencionó que la falta de colaboración dificulta la eliminación del mosquito adulto. “Es importante fumigar dentro de las casas. El mosquito puede estar en cualquier depósito de agua”.
En el barrio Venezuela, las casas de cemento están rodeadas de hierba crecida. En otro bloque de casas, levantadas con caña y maderos, las últimas lluvias dejaron charcos de agua estancada.
Las larvas del mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus del dengue, se desarrollan en aguas limpias, pero el jefe provincial del Snem, Efraín Beltrán, señaló que hay un pequeño porcentaje de larvas que también pueden sobrevivir en aguas estancadas.
Para el Snem, la fumigación intradomiciliaria resulta más efectiva que la exterior. “Las larvas pueden estar en el agua acumulada en la tapa de botella o un florero”, dijo Juan León, supervisor de Operaciones de Campo del organismo. Si bien hay un repunte de casos al empezar el año, el director provincial de Salud, Antonio Jurado, aseguró que los casos están bajo control. “Los pacientes han recibido tratamiento oportuno, por eso no hay víctimas fatales”. Los cercos epidemiológicos, que preceden a las fumigaciones, se realizan para detectar a las personas cercanas al paciente infectado que también pudieran haber contraído el virus.
Paralelamente a las fumigaciones, los técnicos del Snem dictan charlas informativas dirigidas a los estudiantes de escuelas y a
los líderes comunitarios. Estos aprenden sobre la eliminación de criaderos de mosquitos, formas de prevención y qué hacer en caso de enfermarse.