Betty Jumbo. Editora de Agromar
El Estado compró arroz, maíz y leche. En las bodegas de las almaceneras y silos del Banco Nacional de Fomento hay 700 000 quintales de arroz pilado y 24 000 toneladas de arroz en cáscara son para exportación. También 20 000 toneladas de maíz y 2 000 toneladas de leche en polvo.
El Gobierno ofreció a los arroceros vender los 700 000 quintales de arroz pilado, que compró en 2008, en abril para esperar la nueva cosecha, pero solo despachó 220 000 quintales. Desde inicios de año se anunció la venta de arroz a Venezuela, pero hace una semana se concretó la venta de 10 000 toneladas. Hace poco salieron 15 000 toneladas de maíz a Colombia.
La compra, sin duda, ayuda al productor para impedir que bajen los pecios. Sin embargo, tener toda esa producción guardada representa un alto costo financiero para el banco. Por ejemplo, cuesta el tiempo que pasa almacenado, el mantenimiento de los productos y los intereses.
Las dos cosechas de maíz y arroz culminaron en junio y está por empezar la recolección de arroz de verano en la zona de Daule. Puede presentarse una sobreproducción y va a afectar al productor.
Si no se exporta se va a revertir el objetivo, que es mantener los precios al campesino. La demora en la exportación es un escollo que no se resuelve con la oportunidad que necesita el agricultor.