Para Diego Martínez, ministro de la Política Económica, la disminución en la recaudación de impuestos obedece a que la actividad económica decayó en el 2016. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
En el 2016 los ingresos no fueron suficientes para cubrir los gastos del Estado. El déficit fiscal cerró al 31 de diciembre del 2016 en USD 6 082 millones, según estadísticas disponibles en la web del Ministerio de Finanzas.
Este monto equivale al 6,3% del Producto Interno Bruto (PIB). La cifra creció más del doble respecto del hueco fiscal calculado a inicios de año, USD 2 467 millones.
Además, el monto sobrepasa en casi USD 2 000 millones el déficit fiscal del 2015.
El 2016, según el Gobierno y analistas económicos, fue atípico debido a un escenario externo complicado por la apreciación del dólar que afectó las exportaciones, por el desplome del precio del barril de petróleo -que se recuperó en el segundo semestre- y el terremoto del 16 de abril.
A esto se suman los pagos imprevistos que debió realizar el Estado por más de USD 1 000 millones a Chevron y Oxy por fallos y procesos judiciales.
Con ese panorama recesivo, el Fisco vio mermado sus ingresos. Los ingresos totales del año pasado -comparados con el 2015- cayeron en USD 5 323 millones, principalmente por efectos de una menor recaudación de tributos.
Asambleístas de oposición habían ya advertido que los ingresos tributarios para el 2016, que venían cayendo desde agosto del 2015, estaban sobrestimados.
Para Diego Martínez, ministro de la Política Económica, la disminución en la recaudación de impuestos obedece a que la actividad económica decayó en el 2016. Ello “determinó que algunas variables previstas, entre ellas, la recaudación tributaria, no se cumplan”.
El precio del petróleo no fue un factor determinante en los resultados fiscales. Si bien el crudo ecuatoriano tuvo una serie de fluctuaciones durante el 2016, el indicador cumplió la previsión que hizo Finanzas a inicios de año: USD 35 por barril de crudo.
El precio más bajo que registró el petróleo nacional fue en enero, cuando promedió USD 21,6. Los precios bajos se mantuvieron el primer trimestre, pero luego empezó a estabilizarse e incluso a subir.
Sin embargo, el Fisco necesitaba más para cubrir sus gastos. El propio Gobierno ha sostenido que el precio de equilibrio, es decir, aquel que alcanza para cubrir los costos de producción, la compra de derivados y el pago de tarifas a petroleras privadas es de USD 39,4.
Si el precio del crudo se cotiza por debajo de esa cifra, el Estado recibe cero ingresos. Por esa razón, Jaime Carrera, secretario de la Política Fiscal, no se explica por qué en las cuentas fiscales aparecen ingresos no permanentes, que son básicamente petroleros, por USD 2 108 millones.
La reducción en los precios del crudo hizo que los gastos en subsidios cayeran. En términos generales, durante el 2016 la caída del gasto total del Fisco fue de USD 3 335 millones. La principal explicación para esa reducción estuvo en el gasto por importación de derivados, que cayó en USD 2 254 millones entre el 2015 y el 2016.
No obstante, otros gastos del Estado no se redujeron significativamente y en otros casos se incrementaron.
Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, señaló que la ejecución del Presupuesto del 2016 muestra el deseo del Gobierno de evitar un mayor deterioro en la caída del PIB en su último año de gestión, manteniendo su rol de actor preponderante en la economía.
Comparado con el presupuesto inicial, el gasto corriente (sueldos, pago de intereses de deuda y otros) bajó apenas USD 228 millones.
Mientras que el gasto de capital e inversión creció USD
1 301 millones.
Ortiz añadió que en el 2016 subieron las transferencias para los municipios y prefecturas de provincias afectadas por el terremoto.
Para poder cumplir con el incremento del gasto en obra pública, el Gobierno firmó créditos y otro tipo de financiamiento por USD 13 643 millones hasta diciembre, según la ejecución presupuestaria.
Para ello recurrió a China o acreedores internacionales, que adquirieron bonos o papeles estatales.
A estos se suman otros ingresos, que no son considerados como deuda, como las preventas petroleras y los créditos de liquidez del Banco Central del Ecuador (BCE). Sobre este tema, Martínez, señaló que esos recursos se destinaron al plan de inversiones, que contempla unos USD 5 600 millones, y al pago de proveedores.
Para el analista económico y catedrático Manuel González, el Gobierno no ha realizado un ajuste en el sector público por lo que los gastos en salarios y bienes y servicios de consumo todavía se mantienen en rangos elevados.
“Mientras no se haga ese ajuste hay que seguir endeudándose e incurriendo en déficit”, añadió el analista.