Fundada en 1954, la Unión Latina es una organización intergubernamental que congrega a 36 naciones de los cuatro continentes. Su máxima autoridad, el embajador José Luis Dicenta, realizó una visita al Ecuador, para reunirse con autoridades de nuestro país y con un grupo de estudiantes de diferentes universidades que realizan actividades para difundir la herencia cultural del mundo latino.
“Desde la plataforma de la unión, tenemos una voz importante en el concierto de la comunidad internacional”. En entrevista con Revista FAMILIA, el Secretario General reconoció la importancia que han tenido los concursos realizados por esta organización, como el certamen Terminemos el cuento, para promover entre los jóvenes el interés y la defensa del patrimonio cultural latino.
Este año se celebró la decimocuarta edición del Concurso Terminemos el cuento, ¿en otros países tiene tanto éxito como el que tiene en Ecuador?
El concurso tiene un éxito grande en todos los países donde se lleva a cabo y ha suscitado la admiración del secretario general de las Cumbres Iberoamericanas, Enrique Iglesias, quien recibió a los ganadores del concurso de este año. Es un concurso interesante porque pretende incorporar a las chicas y los chicos de entre 14 y 18 años, al conocimiento de nuestros valores intelectuales y literarios y les agudiza la imaginación al permitirles terminar un cuento que lo empezó un escritor ilustre, que en este año fue el chileno Jorge Edwards. Además, permite viajar juntos a los ganadores, que se encuentran en Madrid, donde tienen la posibilidad de visitar instituciones culturales, de manera que es, desde todos los puntos de vista, un concurso excelente.
¿Cuál ha sido el propósito de la Unión Latina al impulsar este tipo de concursos dirigidos hacia la juventud?
Para la Unión Latina, la juventud es el sector prioritario. Como principio básico, tenemos que defender la diversidad de nuestras culturas y el plurilingüismo, es decir, la diversidad de nuestras lenguas, seis lenguas oficiales latinas. Pero estas no se defienden valorizando solamente los patrimonios culturales, tanto materiales como inmateriales, sino transmitiéndole a la juventud que poseen un patrimonio y que sobre este pueden levantar una parte importante de su futuro. Y, para lograrlo, es necesario valorizarlo, conocerlo y hacerlo brillar; si no defendemos nuestro patrimonio cultural y nuestras lenguas, el carro de la historia se encargará de que los patrimonios culturales, en muchos casos más pobres que el nuestro, prevalezcan.
¿Qué otro tipo de proyectos emprende la Unión Latina, para reforzar este objetivo?
Tenemos proyectos de difusión del patrimonio cultural artístico de los países de América Latina, y estamos creando una página web, donde pretendemos recoger en miles de fotografías todo el patrimonio artístico de los países de Iberoamérica. Para defender la multiculturalidad en los países y el plurilingüismo hemos implementado también ciertos cursos de comprensión, que son breves y fáciles de llevar a cabo. Estamos también en búsqueda de proteger y desarrollar el área científica y técnica contemporánea. Además, otro de los problemas que nos preocupa es la migración, por lo que estamos estudiando y trabajando en estrategias, ya que este es un problema de la sociedad contemporánea en su totalidad, de los países emisores y receptores, que afecta no solo a la economía de los países, sino a sus tradiciones, costumbres y a la cultura.
¿Hace falta que reflexionemos más acerca de los vínculos que compartimos entre los países latinos?
Por supuesto, soy un convencido de que la unión hace la fuerza, de que el proyecto de articulación de un espacio iberoamericano a través de las cumbres anuales que vienen celebrándose desde el año 1991, es un esfuerzo que va creando los conductos de conocimiento recíproco de los países que tenemos un pasado, una historia, una cultura y lenguas comunes y que debemos defenderlas desde una plataforma colectiva, ya que desde lo individual somos muñecos al viento fáciles de derribar. Por el contrario, desde la plataforma de la unión, tenemos una voz importante en el concierto de la comunidad internacional.