Redacción Manta
El decreto ejecutivo no. 69, firmado por el presidente Rafael Correa el martes pasado, en el cantón Bolívar, facilitó la militarización de los bienes e instalaciones de dos embalses y represas de La Esperanza y Poza Honda, en Manabí.
Una fecha clave
La Corporación Reguladora del Manejo Hídrico de Manabí (CRM) decidió, en 2002, promover el aprovechamiento del flujo de agua de los embalses Poza Honda y La Esperanza, para también generar electricidad. Manageneración ganó el concurso.
En la represa La Esperanza ya no se puede acceder a la casa de máquinas de la central hidroeléctrica. Cuatro militares con fusil en brazos la custodian. Después que terminaron los trabajos del proyecto Carrizal-Chone, no se ha visto personal militar.
“Hasta hubo gente que entraba y salía como Pedro en su casa”, comenta Fabián Cedeño, un agricultor de la localidad. “Tenemos una piscina muy grande allá arriba (la represa), nunca comprendí por qué no había resguardo en ese lugar”, reseña José Roldán, vecino del sector de Quiroga, aguas debajo del embalse.
Los militares tienen la disposición de no dejar pasar a nadie que no sea técnico de la Senagua-Manabí o autoridades del Gobierno. También están prohibidos de emitir declaración alguna.
Con el Decreto Ejecutivo no. 69 se desvinculó a la empresa Manageneración, del grupo Fabril, de la operación de dos minicentrales hidroeléctricas que fueron construidas al pie de las presas La Esperanza y Poza Honda.
La compañía señaló a través de un comunicado que invirtió USD 18 millones en el proyecto.
Correa señaló el martes pasado que hubo un atraco al Estado. “Se entregaron dos represas de USD 500 millones a una compañía privada para haga una miseria de inversión, y más aún que nos vendía la energía eléctrica que le sobraba. Nadie hizo manifestación alguna”, señaló en referencia a la oposición de varios personajes de Manabí que están en contra de
la fusión de la Corporación Reguladora del Manejo Hídrico de Manabí (CRM) a la Secretaría Nacional del Agua (Senagua).
Ejecutivos del grupo Fabril esperaban ayer en la mañana el Decreto para pronunciarse. “Todo fue una sorpresa, nadie sabe el contenido del famoso decreto. Hasta que llegue a nuestras manos no podemos pronunciarnos”, dijo Carlos González Artigas Loor, presidente del grupo Fabril.
Sobre las tareas de mantenimiento de las dos represas y los tres trasvases, dijo que mientras no les llegue una comunicación por escrito su trabajo continúa.
El ex director ejecutivo de la CRM, Kavir Briones, dijo que el Gobierno está creando una de cortina de humo para ocultar las violaciones a la Ley por la desaparición de la CRM, que no puede desaparecer por decreto.
Briones añadió que la concesión para la generación de electricidad, aprovechando la salida de agua de las represas Poza Honda y La Esperanza, se realizó a través de un concurso internacional.
El grupo La Fabril ganó la licitación, que implicaba invertir en las minicentrales y realizar el mantenimiento de las represas y trasvases. “Nunca hubo un rubro establecido por el Estado para el mantenimiento de las monumentales obras. En la CRM hacía piruetas para mantener operativos los sistemas”, dijo Briones.
La CRM emprendió en este proyecto para garantizar la vida útil del proyecto y que permita que más de 60% de la población de Manabí cuente con agua segura para consumo humano y riego, especialmente en las épocas de escasez de lluvias.