Rubén Díaz Peralta
No es correcta la expresión, aunque difusamente utilizada en nuestro medio ecuatoriano: “darasme diciendo”, “darás viendo”, “dame diciendo”.
“Darán protestando”, me parece graficar el pedido desesperado de Miguel Palacios y su Junta Cívica de Guayaquil a Marlon Santi y su facción de la Conaie.
Según versiones de la prensa, este encuentro fue por doble partida en Guayaquil y en Quito. Luego de fotos y reportajes que los sorprendieron en adúltero trato, ambos lados se avergüenzan el uno del otro y dicen que sí, que no, que aquí puse y no parece, que no llegaron a algún acuerdo… que no hicieron nada.
Fue un romance relámpago que sin ‘muchitas’ de por medio darán mucho, pero mucho que hablar. Me adelanto con mis comentarios.
Palacios no puede ofrecer más que apoyo económico para las movilizaciones indígenas por dos razones, primera porque no tiene más gente que su familia y algunos anticorreístas sueltos y segundo porque jamás ha organizado una movilización y no sabe más que despotricar contra el Gobierno desde sus columnas periodísticas. Se limitó, en el fondo, a pedir urgentemente a la Conaie: “Daranp’s protestando… después yo les pago”.
¡Qué vergüenza, hasta compasión de la pobreza política de algunitos.
De los Santi, Chumbi, Guatemal… que simplemente se desenmascararon solos y desprestigiaron irreparablemente el movimiento indígena. Si quieren una autonomía territorial y todos sus privilegios incomprensibles, deben más bien volver a sus ideales originales encarnados en Tránsito Amaguaña, Lázaro Condo, Leonidas Proaño, Luis Macas, Auki Tituaña que jamás hubieran pensado reunirse siquiera con la Junta Cívica de Guayaquil.
A los que miramos desde la vera del camino, nos causa hasta risa que Correa tiene hasta que “darles haciendo oposición” a los “contreras de siempre”.