Tarde o temprano todos tenemos que dar por terminada una amistad o un romance que parece haber perdido su rumbo. Cuando llega el momento de decir adiós, es de mucha ayuda haberse preparado para manejar la situación con tacto pero firmemente. Esta es la recomendación de Rose Hales, autora de varios temas sobre las relaciones de pareja. A continuación algunas sugerencias de la experta sobre qué hacer en estos casos:
Es mejor terminar más pronto que tarde. En una relación amorosa que inicia, tres meses parece ser la regla básica para determinar si la relación tiene potencial o si camina sin rumbo cierto. Algunas parejas pudieran necesitar más tiempo y otras menos, pero muy probablemente se puede llegar a una decisión en pocos meses. Recordemos que mientras más tiempo pase y las cosas parezcan haberse estancado, más difícil se hará dar por terminada la relación. Por ello conviene mantener la calma sin ir más allá de lo necesario hasta conocer bien el carácter, personalidad e intereses comunes de la persona con quien estamos saliendo. Luego de ello, si no sentimos que es conveniente continuar juntos en la misma dirección, significa que ha llegado el momento de darla por terminada.
Tenga mucho tacto. Piense bien en lo que quiere decir antes de decirlo. Para la mayoría de las parejas una conversación cara a cara es la mejor manera de enfrentar un rompimiento. Pero algunas veces una llamada telefónica o una carta pudieran funcionan mejor, en especial si a la otra persona le está costando mucho dar por terminada la relación y es más proclive a un estado emocional difícil durante un rompimiento. En lugar de enfocarse en las debilidades de la pareja, lo mejor es tratar de enfatizar las necesidades de ambos a base de la individualidad y a puntos en común, en especial en aquello en lo que no concuerdan. Se puede terminar el momento en que se tocan temas importantes en los que no están de acuerdo y desearse lo mejor pero establecer, de una vez por todas, que ha llegado el momento de que cada uno tome su propio camino.
Mantenga la calma. Es muy fácil sentir emociones dolorosas y molestas durante un rompimiento. Nadie quiere ser rechazado o herido por el otro cuando se termina la relación. Por lo tanto también existe un desconsuelo por la inversión emocional que se ha hecho para que esta relación funcione. En lugar de dejarse avasallar por estos pensamientos negativos, hay que enfatizar lo positivo. Con seguridad habrá muchas cosas positivas que se produjeron durante el tiempo que estuvieron juntos y que han dejado buenos recuerdos. No se sienta mal si la otra persona dice o hace cosas negativas. Después de todo, una vez que la relación ha terminado nadie tiene por qué aguantar las quejas o la crítica del otro. La otra persona puede estar sintiéndose muy herida y por eso busca la manera de herirle a usted también.
Sea directo/a. No se dé las vueltas. En lugar de dar a entender que el rompimiento será algo temporal o de poner como excusa su trabajo o su familia, simplemente explique que la relación no está funcionando como usted lo esperaba y que está seguro/a de que es lo mejor para ambos seguir sus propios caminos. Se puede mencionar sentimientos de tristeza o desencanto pero no dar falsas esperanzas o expectativas si de su parte hay seguridad de que quiere el rompimiento. No sea evasivo/a, converse con su pareja, comparta sus preocupaciones y deséele lo mejor para el futuro.
Mantener la amistad. Trate de seguir siendo amigos si eso parece posible. Para algunas relaciones románticas esto no es posible en ocasiones. En tales casos, mantengan un respeto mutuo. No permita que el rompimiento desintegre su relación al insultarse, culparse o demostrar rabia. Hable sobre su deseo de que su ‘ex’ encuentre lo mejor en su vida y sea feliz.
Romper nunca es fácil pero sí hay que hacerlo cuando es necesario; lo mejor es mostrar comprensión, compasión, consideración y honestidad de manera que ambos tengan un buen recuerdo de lo vivido y no terminen como enemigos.
Cuándo terminar una relación
No todas las relaciones amorosas llevan al matrimonio. Al contrario, mucha gente sale con diferentes individuos para poder darse cuenta de la clase de persona con la que pudieran o no pudieran casarse. Esto significa, que muchas relaciones pueden terminar con el tiempo. Pero ¿cómo saber cuándo hacerlo? Si una relación se torna aburrida la mayor parte del tiempo ese es un buen indicador de que las cosas no están funcionando tan bien como deberían. Si el aburrimiento se convierte en una regla en lugar de una excepción pudiera ser un indicador de que la relación se volverá aún más aburrida con el tiempo. Hay que cultivar actividades divertidas que ambos disfrutan. Si no son capaces de encontrar puntos comunes de interés es hora de separarse.
Las discusiones no deben ser la característica de una buena relación. Si bien los desacuerdos ocurren ocasionalmente, ambos deben estar en capacidad de manejarlos de manera simple y efectiva. Pero si se convierten en conflictos insufribles, es señales de un problema creciente que debe ser enfrentado. Si no se logra resolver rápidamente esta situación, es momento de pensar en dar por terminada una relación. Cuando uno de los dos tiene poco tiempo para el otro, puede ser una señal de que la relación no está yendo a ningún lado.
Si el trabajo es una excusa para no verse o los intereses familiares están de por medio, pudiera ser que no hay suficiente compromiso y por ende algo anda mal. Ciertos nuevos intereses como ‘hobbies’, otros grupos de amigos o ciertas actividades especiales pueden interponerse en una relación y separar a la pareja.
Conviene periódicamente evaluar la relación para ver si están satisfechos y si quieren continuar juntos. Si no es así, es hora de darse un espacio por un tiempo, de que cada uno haga su vida; luego de este período sabrán si quieren volver a formar una pareja o terminar definitivamente.