Este es uno de los refugios que se levantó en la zona de Taseche, una población rural que se encuentra a cinco kilómetros del poblado de Tonsupa (Atacames). Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Pese a la lluvia, los afectados por el sismo en Tonsupa permanecen en los refugios.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) contabilizó 11 refugios donde viven 1 384 personas; aunque en días pasados se encontraron tres más en esta parroquia de Atacames (Esmeraldas).
La semana pasada, 74 personas (17 familias) del refugio La Pepsi fueron llevadas a un albergue que se creó en el campamento del Ministerio de Transporte y Obras Públicas en Súa. Ellos estaban en la parte baja de Tonsupa.
El otro albergue se encuentra en el estadio Walter Aparicio Alomía de Atacames.
En los refugios, las mujeres cocinan a la intemperie y lavan la ropa a un costado de sus carpas; otras lo hacen en el patio de las casas, donde se han improvisado covachas, construidas con caña guadúa y lona.
Sobre las mesas están los colchones puestos al sol para que se sequen, porque permanecen húmedos, mientras que en los cestos aún hay ropa enlodada, luego de que el agua ingresó durante las lluvias.
En los últimos días, el sol secó el barro que había en los refugios La Toma y Rey David 1 y 2. Ahí permanecen 30 familias afectadas por el sismo del 19 de diciembre y que dejaron sus casas por temor a nuevas réplicas. Hay dos refugios más: La Cancha y otro sin nombre.
Estos se encuentran en Taseche, una población rural de Tonsupa, hasta donde las familias huyeron por miedo, porque vivían cerca de la playa.
Cuando ocurrió el temblor dejaron sus casas y huyeron hasta esa zona considerada segura. Desde entonces permanecen en el filo de la vía, a cinco kilometros de Tonsupa.
La Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) registra los refugios Victoria de Dios con 5 familias, Los Albergues con 9 familias y en Villarrica 10 familias; todos están en Tonsupa.
Los demás se hallan en los refugios Club del Pacífico, Canaima Coral, Tonsupa Central, Guayacanes 1 y San Carlos. Son 201 familias que viven ahí.
Luis Baloy vive en el refugio La Toma, donde están 15 familias. Él decidió quedarse ahí porque teme que el albergue de Tonsupa, que fue reubicado en el estadio de Atacames, se inunde con las lluvias.
Su refugio no tiene servicios higiénicos ni letrina. La comida es escasa, hacen falta carpas para ampararse de las lluvias, pero se resisten a salir del sitio en el que están desde el 20 de diciembre.
Álvaro Vélez, director del MIES en Esmeraldas, indicó que muchas de las familias han accedido a dejar los refugios y se motiva a que lo hagan de forma voluntaria para una mejor atención en Atacames y Súa.
También se habilitó el centro vacacional de la Contraloría, ubicado en Tonsupa, pero hasta el domingo 15 de enero solo una familia había accedido; el resto teme ir hacia allá porque está a 100 metros de la playa.
Según el gobernador de Esmeraldas, Gabriel Rivera, para reubicar a las familias que habitan en refugios está habilitado el antiguo campamento del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, en Esmeraldas, con una capacidad para 40 familias.
La reubicación ha sido propuesta a quienes viven en los cinco refugios de Taseche.
El albergue de Atacames acoge a 68 familias (313 personas) que reciben alimentación y un bono mensual de USD 250. “Lo que queremos es que se construyan las casas a quienes las perdimos”, dijo una afectada, que no quiso dar su nombre.
Los sismos del 19 de diciembre han dejado 836 viviendas afectadas en su infraestructura, según el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda.
Hasta el momento, 237 casas tienen sello verde, 439 sello amarillo, 261 con sello rojo para estudio y se han contabilizados 39 demoliciones.
Gustavo Loor, presidente del gobierno parroquial de Tonsupa, asegura que la situación es caótica, porque la ayuda en alimentos es limitada, pese a la intervención del Gobierno, que ha estado desde el inicio de la emergencia.
Según el MIES, al albergue de Tonsupa se ha entregado
1 102 kits de alimentos, 252 raciones alimenticias y otras ayudas; Loor insiste en que falta atención a los refugios.
Los refugiados de Taseche recibieron alimentos de los estudiantes de la Universidad Central del Ecuador, que llegaron personalmente. La Prefectura dio hojas de zinc, caña guadúa y alimentos.