Redacción Guayaquil
Los damnificados del incendio ocurrido el viernes en la Cooperativa Esmeraldas Chiquito en las Malvinas esperan que la ayuda de las autoridades se concrete. Hasta ahora, la mayoría de ellos, duerme en los rezagos de las viviendas quemadas. Lo hacen para vigilar de cerca que no aparezca algún nuevo dueño de los terrenos que ellos habitan.
Así lo manifestó Jackeline Villamar. “No queremos reubicación, queremos que nos ayuden a volver a tener nuestras casas aquí”. El alcalde Jaime Nebot ofreció a los afectados reconstruir las viviendas del mismo material del que hayan sido construidas.
El Ministerio de Inclusión Social y Económica (MIES) acogió el viernes en la noche en el albergue de las calles Lizardo García y Gómez Rendón a siete familias de un promedio de cinco miembros cada una. Allí se armaron ocho literas en cuatro dormitorios y una cocina industrial que se habilitó para los afectados.
Sin embargo, la mayoría prefiere cuidar de cerca sus terrenos a la intemperie. Es el caso de la familia Nazareno, una de las más numerosas en la zona. Son quince, entre ellos entre ellas seis niños, todos originarios de Esmeraldas, que durmieron cobijados en cuatro paredes de caña que rescataron del flagelo en ese sector.
Por ello miembros de la Infantería de Marina de la Armada Nacional vigila el sector. Son quince uniformados que rotan en tres turnos diarios.
El MIES está a la espera de que más familias puedan llegar a los albergues. De eso dependerá si se habilita otro albergue ubicado en el Batallón del Suburbio con capacidad para 100 personas, expresó el subsecretario de la institución Francisco Estrellas.