El Barranco del río Tomebamba es un ícono cuencano. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
Cuenca, que el jueves 3 de noviembre del 2016 cumple 196 años de independencia, es un modelo de urbe en el país. La última encuesta de percepción ciudadana realizada por el Colectivo Cuenca Ciudad para Vivir, en convenio con el Municipio y el BID, reveló que nueve de cada 10 personas están satisfechas de vivir allí por la calidad de vida.
Esta satisfacción no solo responde a la cobertura y calidad de los servicios básicos sino también a factores como el tamaño relativamente pequeño de la ciudad, la inexistencia de suburbios, la diversidad de ofertas de distracción y ocio y el respeto ciudadano.
La orense Rocío Guevara, de 24 años, llegó a la capital azuaya por estudios hace tres años y en sus planes está quedarse. Para ella, en esta ciudad hay más posibilidades laborales, mejores servicios básicos y espacios públicos para la familia. “Me gustó su cultura”.
La universitaria cuencana Fátima Granda, en cambio, está satisfecha con la cobertura de los servicios básicos, la seguridad y las posibilidades de trabajo. “Es el lugar que quiero para mi familia”.
La encuesta se efectuó a 1 200 personas. Según Daniel Orellana, director del Colectivo, el hábitat urbano está entre las principales razones que inciden en la satisfacción de los ciudadanos. “Es una ciudad ordenada, limpia y relativamente pequeña de tamaño, comparada con Guayaquil y Quito”.
Para Orellana, en las dos ciudades el promedio de desplazamiento en un vehículo particular puede superar la hora, entre el hogar y el trabajo. En Cuenca bordea los 25 minutos. “A mayor tiempo invertido en transporte, menos espacio para realizar otras actividades”.
Pero el expresidente de la Federación de Barrios, Juan Bustillos, califica a la gestión de la movilidad como mala, porque considera que hace falta mejorar el transporte público. Por ello, desde noviembre del 2013 se construye el tranvía, para reducir el tiempo de viaje en buses y optimizar el transporte privado. La molestia radica en los atrasos en su construcción.
Otro tema que se destaca en el informe es que dentro del área urbana consolidada no existe segregación social. Si bien hay familias de niveles socioeconómicos muy bajos no hay emplazamientos de suburbios que afecten a la imagen de esta ciudad, señala Bustillos. En la zona rural sí existen zonas deprimidas.
En la última década, Cuenca creció hacia sus alrededores, como Balzaín, Yanuncay, Challuabamba, El Ejido, entre otras zonas. Allí se construyeron edificios y urbanizaciones.
Según Paulina Crespo, directora de Relaciones Internacionales del Municipio, la presencia de familias de más de 30 nacionalidades que viven en Cuenca llevó a crear y diversificar la oferta en ocio y diversión. De acuerdo con datos de la Cámara de Comercio local, más de 3 000 parejas de extranjeros de Estados Unidos y Europa se radicaron.
Una vez al mes, el Municipio realiza la Semana Internacional de un país para generar un espacio de relación e intercambio cultural. Además, los fines de semana se organizan actos culturales, gastronómicos, musicales y deportivos coordinados por instituciones públicas o privadas.
El ejercicio de los derechos y participación de la ciudadanía, las relaciones sociales con los vecinos y el respeto a los niños, personas con capacidades especiales y de la tercera edad son otros temas que destacaron los encuestados.
“El cuencano es más respetuoso en un bus o en la calle”, dice el maestro Leopoldo Jiménez. Para Orellana, estos temas están conectados con la cultura de paz y rechazo a la violencia en la ciudad.
De acuerdo con datos del Ministerio del Interior, Cuenca es una de las más seguras. Registra 0,72 muertes violentas por cada 100 000 habitantes. Para esta institución, estos datos son parte del trabajo de prevención e investigación que realiza la Policía.
Para Orellana, el hecho de que la capital azuaya tenga algunos problemas resueltos se abren las posibilidades y condiciones para que la empresa privada invierta y genere plazas de empleo. Sin embargo, considera que es el momento para que las autoridades adopten las medidas adecuadas
para planificar una ciudad del siglo XXI, que eleve la calidad de vida de sus habitantes.
En contexto
Cuenca es la única ciudad del país que está entre las 70 urbes de América Latina consideradas como sostenibles y emergentes, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo. Se destacan el crecimiento poblacional y económico, y los servicios básicos.