El expolicía Jorge F. fue sentenciado a 12 años de reclusión por el Tribunal Tercero de Garantías Penales del Azuay. El exuniformado era procesado por el homicidio de Milton Segovia, de 21 años.
El joven murió el 13 de octubre de 2004, en el sector Cristo Rey (Cuenca). Durante la audiencia intervinieron 25 testigos; de ellos, cinco fueron peritos y dos presenciaron el hecho. También se incluyeron 21 pruebas documentales, en estas había “partes policiales, informes de autopsia, balística e inspección ocular del lugar de los hechos. Además se presentó como evidencia el arma de fuego de dotación policial, asignada al expolicía”, informó la Fiscalía.
La fiscal Rocío Polo que indagó el caso argumentó que, el día de su muerte, la víctima conducía el vehículo de la empresa en la que trabajaba como chofer. Con él iba su jefe y otro acompañante. La investigadora descubrió que los tres ciudadanos fueron interceptados en las calles Pedro León y Padre Aguirre, por Jorge F., quien era cabo segundo, y otro agente de Policía. “Ellos no vestían uniforme y se movilizaban en una camioneta sin placas y con vidrios obscuros. A pocos metros, en un parque cercano esperaba otro policía”.
La fiscal Polo explicó que los agentes, supuestamente, iban a detener al jefe de la víctima. Por eso, los agentes pidieron que se detengan. Milton Segovia habría estacionado el vehículo sin oponerse. “Jorge F. se bajó de la camioneta y enseguida disparó hacia los ocupantes del vehículo sin ningún motivo. La bala le impactó en el cráneo de la víctima, causando su muerte”, precisó la Fiscalía.
Con el testimonio de un perito experto en armas y tiro se comprobó que el disparo no fue accidental. La razón: el arma no posee un mecanismo de doble acción para ejecutar el disparo. El juez Galarza dijo que la defensa no pudo probar el argumento de que se trató de un “caso fortuito”.
Con el testimonio del jefe de Milton Segovia, los peritos que efectuaron la inspección ocular y otros dos testigos, la Fiscalía demostró que ninguno de los ocupantes portaba armas de fuego, ya que la víctima y su jefe no laboraban en una empresa de seguridad, como lo dijo la defensa.
Desde que se reportó la muerte de Milton Segovia, este caso fue investigado por la Policía y la Fiscalía. No obstante, debido a que el sentenciado era policía y estaba vigente el Código Penal de la Policía, un juez policial solicitó a la Fiscalía que suspenda las investigaciones para que lo haga la institución uniformada.
La Policía Nacional continuó el proceso. El 26 de abril de 2005, un juez policial llamó a juicio a Jorge F. y dio sobreseimiento al conductor de la camioneta, el gendarme Ricardo O., quien era investigado como presunto como cómplice.
En el 2009, este caso pasó a la justicia ordinaria por la vigencia del Código Orgánico de la Función Judicial y la derogación el Código Penal de la Policía, así como el Código de Procedimiento Penal de la Policía.
El acusado Jorge F. estaba prófugo y fue capturado en octubre del 2014, para que comparezca en durante este proceso.