Cruces de cemento, de baldosa y madera, en la av. Simón Bolívar

A lo largo de los 45 kilómetros que tiene la avenida Simón Bolívar, en ambos costados, se pueden ver cruces colocadas recordando los sitios en donde murió gente en accidentes. Foto: EL COMERCIO

A lo largo de los 45 kilómetros que tiene la avenida Simón Bolívar, en ambos costados, se pueden ver cruces colocadas recordando los sitios en donde murió gente en accidentes. Foto: EL COMERCIO

A lo largo de los 45 kilómetros que tiene la avenida Simón Bolívar, en ambos costados, se pueden ver cruces colocadas recordando los sitios en donde murió gente en accidentes. Foto: EL COMERCIO

Son el resultado de choques, atropellos, perdidas de pista... Unas 21 cruces están incrustadas junto a las cunetas a lo largo de la avenida Simón Bolívar. Cada una de ellas fue colocada por los familiares de personas que perdieron la vida en un accidente fatal. Hasta el 15 de julio, en los 45 kilómetros que tiene la Simón Bolívar, perdieron la vida 15 personas. Pero en el trayecto hay cruces colocadas desde el 2001.

Para poder identificarlas es necesario viajar a no más de 40 kilómetros por hora. Aun así, es complicado verlas, unas están cubiertas por matorrales, otras han sido tumbadas o se confunden con ramas secas.

Una que llama la atención es una colocada en el kilómetro 10, sentido sur-norte. Es de cemento, tiene flores frescas, un lazo lila y una especie de libro de mármol con un mensaje de los familiares de la víctima. El lazo cubre el apellido de la persona que perdió la vida, solo se puede identificar su nombre: César.

Unos metros más al norte, hay otra cruz en el lugar donde Karina Lluguayi falleció en el 2011. Tiene una placa con seis corazones con los nombres de sus padres y hermanos. Además, la imagen de Cristo en alto relieve. A los costados unos floreros tienen rosas rojas secas. La cruz es de fierro.

Esta avenida cruza la capital de norte a sur por el oriente. Va desde la Panamericana Norte, en Carapungo, hasta Santa Rosa, en el sur de la ciudad.

La Simón Bolívar, la Mariscal Sucre y la Interoceánica son las tres vías del Distrito Metropolitano en las que más accidentes ocurren. Y entre las tres principales razones están la impericia del conductor, el exceso de velocidad y el consumo de alcohol.

En el mismo sector, otra cruz llama la atención: es de baldosa y tiene el rostro de Jesús en la parte superior. La leyenda está escrita a mano. El nombre es ilegible. Solo se identifica la fecha de la muerte: 10 de junio del 2011.

Otras cruces están deterioradas, como aquella que se levanta en el km 18. Es blanca, está reventada y solo se avanza a ver el nombre de Cristóbal.

Carlos Palomo, quien falleció en marzo del 2007, en el kilómetro 1, cerca de Santa Rosa, también tiene una cruz en su nombre. Un brazo de este símbolo cristiano está roto y, el lugar para colocar flores, está vacío.

Entre los kilómetros 11 y el 40, sentido norte-sur, hay ocho cruces más. Una está donde empalma la Simón Bolívar con la Interoceánica; otra donde empieza la Ruta Viva, cerca de la General Rumiñahui; en La Forestal, cerca de la entrada a los tanques de la Epmaps y en La Argelia.

A lo largo de 150 metros, en este último sector, hay tres cruces. Esa es una de las zonas de mayor accidentalidad por lo que a diario, personal de la Agencia Metropolitana de Tránsito realizan operativos de control de velocidad.

Hay también aquellas que tienen flores secas y están cubiertas de polvo, como la que se levanta cerca al ingreso al Parque Metropolitano del Sur y de la escombrera sur.

Hay más de estos símbolos en el km 19, en el 24, en el 26 y en el 38. Es decir en el sector de Puengasí, donde nace la avenida Jorge Fernández y a la entrada a Nayón.

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