Al drama de los pensionados y el feriado bancario en Grecia, se suman los problemas para financiar programas estatales de medicinas y salud. Foto: EFE
‘Hay vidas humanas en peligro”, advierte el director de un hospital de Atenas, preocupado por que el control de capitales provoque una penuria de medicamentos en el establecimiento, muy escaso ya de dinero por los recortes de la crisis.
Yiannis Kaloidas, un jubilado de 61 años con cáncer de huesos necesita medicamentos caros para combatir la enfermedad. Antes de la crisis, las medicinas para las enfermedades crónicas, como el cáncer, eran subvencionados. Pero desde entonces, los pacientes deben financiar una parte importante del tratamiento y todos no tienen medios para hacerlo.
“Mis pastillas cuestan 3 500 euros. Cobro 500 euros de pensión. Si me lo tengo que costear yo, se acabó”, explica. Por eso espera como otros muchos en el hospital Elpis de Atenas, que no puede suministrarle los medicamentos pero le entrega un documento sellado para que pueda conseguirlos sin pagar, en un dispensario.
Al igual que Kaloidas, muchos griegos desempleados o con pensiones y salarios reducidos entre un 30 y 50% no pueden financiarse un seguro médico, de modo que los hospitales, como el de Elpis, son su último recurso.
Este hospital, fundado en 1842 y cuyo nombre significa esperanza en griego, se ha propuesto ayudar a los pacientes sin seguro. “Todos los que vienen tienen acceso al hospital, aunque no tengan seguro”, declara el director, Theo Giannaros. “Los europeos no saben lo que está pasando aquí. No entienden que aquí la gente se está muriendo”.
‘Chantaje en hospitales’
Grecia, al borde de la quiebra en 2009, se ha visto obligada a meter tijera en sus gastos públicos.
La Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), acreedores del país, incluyeron entre las prioridades la reorganización de la sanidad. Su objetivo era resolver los males endémicos de los hospitales públicos griegos: despilfarro, corrupción y mala gestión.
Según la OCDE, el presupuesto de salud por habitante en Grecia bajó un 25% entre 2009 y 2012. “Andamos cortos de dinero”, afirma el director del hospital, más preocupado que nunca porque debe enfrentarse al temor de los abastecedores desde que la sombra del Grexit (salida de Grecia del euro) planea sobre el país.
“Las empresas empezaron a chantajearnos”, comenta Giannaros. “Recibimos cartas en las que dicen que no pueden seguir abasteciéndonos debido a la situación. No puedo actuar sin medicamentos, material, comida para pacientes. No es una broma, es realmente un crimen”, dice alarmado.
El control de capitales impuesto por el gobierno desde el 29 de junio para mantener un nivel de liquidez en los bancos obligó a los importadores a rellenar documentos administrativos cada vez que hacen un pedido.
Esto unido al miedo de los abastecedores a que Grecia abandone el euro hace temer una penuria. “Actualmente, tenemos dos meses de reserva”, afirma Evangelos Kolotronis, jefe del fabricante griego de medicamentos Adelco. Precisó que la mayoría de estas importaciones provienen de Alemania, Italia, Francia y Suiza.
Según Giannaros, algunos hospitales se dan una mano los unos a los otros ante la falta de medicamentos.
Los 28 países de la Unión Europea se reunirán el domingo en una cumbre extraordinaria en Bruselas. “ Hay vidas humanas en peligro y deben hacer algo antes de llegar a un punto de no retorno”, advierte el director del hospital, decidido a ir a Bruselas para denunciar personalmente el coste humano de la austeridad.