Así luce el ingreso principal a la cárcel de Latacunga, donde se encuentra un grupo de presos indagados por atentados en la frontera norte. Foto: EL COMERCIO.
Vallas metálicas, conos y policías se observan en el acceso principal a la cárcel Cotopaxi, cerca de Latacunga, en la Sierra de Ecuador. En esa vía pavimentada, los vehículos particulares no pueden detenerse ni estacionarse.
En el mismo lugar, los dueños de locales que funcionan frente al recinto carcelario ya no pueden recibir pertenencias o encargos de quienes visitan a los internos.
La seguridad en el acceso y la restricción en los locales son algunas de las medidas de seguridad que se adoptaron desde el ingreso de 13 detenidos por posibles nexos con el grupo Óliver Sinisterra que opera en la frontera; son indagados por tráfico de insumos ilícitos, terrorismo y muertes.
A un kilómetro y medio de la cárcel se encuentra el área urbana de Latacunga, donde también se han tomado medidas preventivas de protección. El gobernador de Cotopaxi, Héctor González, organizó reuniones con dirigentes barriales, rectores de colegios y directores de escuelas.
Les comunicó que se reforzaron las seguridades en la cárcel y en la Gobernación, para evitar cualquier amenaza de personas ligadas a los presos.
Precisamente por eso, González y los policías locales implementaron más operativos de control en la zona urbana y en la vía Panamericana que une a Latacunga con Quito y con Ambato. Las acciones se reforzaron el lunes de esta semana (23 de abril del 2018), luego de que el edificio del Consejo Provincial de Cotopaxi fuera evacuado por una alerta que resultó falsa.
En la entrada a la Gobernación, la Policía ahora revisa maleteros, carteras y mochilas, como nueva medida. Una mujer uniformada registra los datos de todos los visitantes. En las calles de la ciudad hay patrullajes preventivos.
En la cárcel, además de un plan de protección periférica, se dispuso adoptar una seguridad especial para los visitantes del grupo de detenidos.
Hasta el momento se han realizado tres operativos. Los parientes tienen vigilancia policial desde que llegan y no pueden quedarse en la ciudad.
En el Centro de Rehabilitación Social prefieren no dar detalles. Este Diario conoció que los 13 están incomunicados y en celdas distintas; salen a los patios en horas y días diferentes, para evitar contacto. Entre ellos hay 10 ecuatorianos y tres extranjeros.
Además del personal de seguridad penitenciario y de la Policía, en el exterior, hay otra fuerza externa que forma parte del plan para emergencias: los boinas rojas de la Brigada Patria del Ejército, que tienen previsto un operativo militar. Los soldados de las Fuerzas Especiales están a solo cinco minutos de la cárcel.
Estos detalles constan en el Plan Operativo de Seguridad, elaborado para Cotopaxi. Allí se dice que en urgencias también se activarán policías de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), asentados en Latacunga.
Pero en casos extremos incluso podrían llegar agentes que se encuentran en Ambato. Las autoridades dicen que estos protocolos ahora están “más activos”.
Policías brindan seguridad en las instalaciones de la Fiscalía de Cotopaxi. Foto: EL COMERCIO.
El viernes (27 de abril del 2018), la Policía organizó talleres de capacitación, para los encargados de seguridad de los Ministerios, Fiscalía, Municipio, Contraloría y demás entidades públicas que funcionan en Latacunga.
Allí se capacitó sobre la importancia de tener alertas ante movimientos extraños.
La Función Judicial también toma precauciones. El presidente de la Corte de Cotopaxi, Fernando Tinajero, presentó esta semana un pedido al Consejo de la Judicatura, en Quito, para que los edificios de la Corte y de la Judicatura cuenten con resguardo policial permanente. Por ahora, los policías patrullan frecuentemente la zona.
El jueves último (26 de abril del 2018), a las 14:25, por la avenida Amazonas dos policías vigilaban el edificio de la Fiscalía y otro, en moto, recorría los alrededores.
Tinajero pidió que la Unidad de Lucha Contra el Crimen Organizado, que se conforma en este momento, incluya a Cotopaxi como una provincia que maneja casos delicados.
Pero no solo en Latacunga se toman acciones. En Saquisilí, otro cantón de Cotopaxi, ubicado a menos de dos kilómetros de la cárcel, ocurre algo similar. Desde hace 12 días en la entrada principal a esa ciudad se realizan operativos policiales a diario.
En las últimas dos semanas se han realizado reuniones permanentes del Consejo Cantonal de Seguridad Ciudadana. En esas citas, el Municipio presentó informes y dijo que en los últimos han visto más “personas extrañas”.
Por eso, el alcalde Juan Alomoto planteó la necesidad de instalar cámaras de vigilancia y un centro de monitoreo. “Tenemos seis cámaras del ECU-911, pero actualmente solo funcionan tres. Vamos a instalar un centro de monitoreo propio para mejorar la seguridad”.
Alomoto dice que no quieren problemas por la llegada de los detenidos y de sus visitas. Esto hizo que se pusiera en marcha la vigilancia comunitaria en 50 pueblos indígenas.
Los dirigentes de las parroquias rurales Anchagua, Chantilín y Cochapamba integrarán un grupo de WhatsApp para alertar la presencia de extraños y mejorar la seguridad.