El cotejo de Liga sirvió para unir a los emigrantes ecuatorianos

Roxana Cazco. Corresponsal en España

En el fondo norte del estadio Santiago Bernabéu hubo una fiesta. Miles de hinchas ecuatorianos fueron los organizadores. Venían de Pamplona, Toledo, Sevilla, Valencia, Murcia, de toda España.

El partido de ayer entre Liga de Quito frente al Real Madrid fue el gran motor por el que miles de compatriotas se unieron y apoyaron a un solo equipo, cuyo valor era ser ecuatoriano.

Claro que hubo hinchas de la Liga, pero también de Barcelona, de Emelec, de El Nacional... Las camisetas blancas y tricolores les convirtieron en una sola hinchada. Desde las 21:15 (14:15, de Ecuador), cuando se abrieron las puertas del estadio, los compatriotas no dejaron de alentar a LDU durante los 90 minutos.
“Soy de la ‘U’, yo te daré, yo soy del albo… fueron algunos de los cánticos que se repitieron incansablemente en los ecuatorianos. Al mismo tiempo se escuchaba “ganar no ganan pero que se divierten, se divierten”. Esa voz era de un pequeño madridista que no supera los 10 años.

Cada gol de los merengues no hizo sino reforzar las barras de los blancos, motivándoles con la tradicional frase “Sí se puede”.

Santiago y Édison Reyes, dos hermanos al servicio del Ejército ibérico, viajaron desde  Murcia para animar a la Liga. Bandera en mano se mostraron optimistas durante todo el cotejo. “Hemos perdido pero Liga ha conservado su orgullo, su fuerza para marcar dos goles y representar a todo un país”, dice Santiago, quien tiene la nacionalidad española.

El ánimo de las barras se vio opacado por un incidente entre la seguridad del estadio y dos liguistas. Un intercambio de palabras derivó en un enfrentamiento verbal entre las barras y los guardias, que llevó a la detención de los dos hinchas ecuatorianos.

La presencia excesiva de Policía y del personal de control desde el inicio del juego, en los graderíos universitarios denotó cierta mala predisposición hacia la hinchada ecuatoriana, según los comentarios de los aficionados.

El ‘impasse’ debilitó en un momento los graderíos, pero no los aplacaron. El entusiasmo de los liguistas, muchos de pie, llegó a molestar a algunos madridistas, que explotaron su vena más nacionalista. Ello reveló alguna rivalidad entre nacionales y foráneos. “Soy español, soy español”, coreaban con rabia los nativos, a los que los liguistas respondían también: “Soy español, soy español”.

Pues muchos de los compatriotas allí presentes tenían la doble nacionalidad. Cabe destacar que solo entre 2007 y 2008 los connacionales que la adquirieron sumaron 46 906 personas. 

Al final, cuando la Liga cayó 4-2 ante el poderoso Real Madrid hubo voces de aliento y de tristeza. “Me siento muy triste, pero con la satisfacción de haber perdido de pie, sin haber doblado la rodilla”, dijo  Rosario García, que viajó expresamente desde Quito para ver el partido.

Lo mismo hizo Santiago Torres, de 15 años, que se desplazó con su abuela desde la capital ecuatoriana. “Cada pasaje costó 1 200 euros, pero valió la pena para ver a la Liguita”, dice el menor.

“Me voy contenta de haberle metido dos goles al Real Madrid. Pero hay que tomar en cuenta que los goles del Madrid no son de España, sino de los países de los que vienen sus jugadores, que la mayoría son extranjeros”, recalca Patricia Luna, una camarera de 28 años, que llegó desde Toledo.

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