El intercambio de las semillas nativas sobrevive en el cantón Cotacachi

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El año anterior participaron 140 expositores de cinco provincias. Varios trajeron semillas que se creían desaparecidas. Foto: Washington Benalcázar/ EL COMERCIO.

Los campesinos de las comunidades indígenas de Cotacachi, provincia de Imbabura, se preparan para el Muyu Raymi (Fiesta de la Semilla, en quichua).

“Se trata de una celebración, previa a la época de siembras, en la que los agricultores intercambian variedades de maíz, fréjol, papa, entre otros alimentos”. Así explica Alberto Morales, presidente de la Unión de Organizaciones Campesinas de Cotacachi (Unorcac).

También, es una práctica indígena milenaria, que se ha institucionalizado en este cantón desde hace 12 años.
Esta vez, el Muyu Raymi se desarrollará del 21 al 23 de agosto. Según el cronograma, durante los dos primeros días, habrá foros sobre: agricultura familiar, biodiversidad agrícola, producción orgánica..., a cargo de expertos nacionales e internacionales.

La cita concluirá el sábado con una exposición de semillas. Según Christian Paz, oficial de proyectos de Oxfam, una de las instituciones que propicia esta actividad, la importancia de este encuentro de campesinos es la revalorización de los cultivos nativos.

“En Cotacachi hay una amplia variedad de plantas y semillas que la gente aún conserva en sus chacras. La idea es que los agricultores conozcan e intercambien las semillas”.

Paz señala que en esta zona se han encontrado productos que prácticamente han desaparecido en otras zonas del Ecuador.
Como ejemplo señala el maíz negro, cuya harina se utiliza para la elaboración de la colada morada. También, un fréjol que revienta como canguil.

Se trata de semillas que agricultores como José Antonio Anrrango, nativo de Cumbas Conde, guarda con esmero. Él cultiva 99 clases de productos andinos y es por ello que está considerado como un guardián de la semillas de este cantón.
Del total, 29 corresponden a maíz, 40 a fréjol y el resto a tubérculos y frutales silvestres.

“El maíz blanco sirve para hacer mote, el chaucha para tostado y el negro es medicinal”, asegura el campesino que también se desempeña como promotor de agroecología y seguridad alimentaria.

Hugo Carrera, técnico de Unorcac, recuerda que el año anterior participaron 140 campesinos, la mayoría indígenas de Azuay, Cotopaxi, Chimborazo, Imbabura y Tungurahua.

Ellos compartieron sus conocimientos en torno a las propiedades de los alimentos y técnicas de producción. Con ello, asegura, se intenta recuperar los cultivos nativos amenazados con desaparecer.

La Fiesta de la Semilla incluirá una feria gastronómica, cuyo eje serán platillos elaborados a base de maíz. Se trata de recuperar platos que se han perdido, como el ‘sango’ de harina de maíz o los ‘chachi’, unos panecillos que se hacían en la zona rural, explica Carrera.

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