Un chisme último: el español Decio Machado, del CEPS, está asesorando a la Cancillería del Ecuador. Su oficina consta como “unidad de análisis” y se encarga, entre otras cosas, de dar instrucción a cinco jóvenes, futuros diplomáticos. ¿Qué tal? Bien, pues. Más aún si se toma en cuenta lo que dice don Decio. En todos los países y en todas las épocas hubo, hay y habrá asesores. Por cierto, mejor si son ecuatorianos.
No, no se trata de un chisme ni de un secreto. La nota respectiva fue publicada el viernes en un matutino, como declaración normal del asesor Machado. En la Cancillería ecuatoriana no podían faltar asesores y menos en la era del Gran Jefe Correa, tomando en cuenta que los cancilleres del primer correísmo han sido buenos ciudadanos, sin duda, pero sin mayor experiencia en esa función. El actual, Fander I, está en esa misma definición y se advierte que trabaja a fondo – ‘se saca el sucio’, según el habla popular- para salir bien. Don Decio ¿se dará unos minutos para hacerle llegar uno que otro consejo, cuando sea menester? Seguramente Fander tendrá alguno o algunos asesores criollos, pero a nadie cae mal un asesor internacional y mejor si Decio cumple con todos los requisitos del caso.
Entre otras cosas, el CEPS, según ya se ha publicado y lo ratifica don Decio, asesoró a la famosa Asamblea y lo hizo usando la ciencia de su jefe máximo, Roberto Viciano. ¿Quién puede negar que los constituyentes de Montecristi necesitaban unas luces extras, si casi todos eran novatos o nuevones en esas lides? Además, la tarea de cambiar una Constitución es cosa seria hasta en el Ecuador, país muy dedicado a esas tareas. Más aún, en los últimos días, cuando el ‘Corcho’ hizo milagros, se necesitaba todo un equipo asesor, sobre todo en materia de velocidad.
El diario que publica las palabras de don Decio –Expreso- liga esa noticia a otra del día. Fernando Alvarado, el secretario de Comunicación, dice, convocó a 70 ciudadanos de la “prensa chica”, de provincias, para un desayuno en Quito. Planteó trabajar como aliado en temas de comunicación comunitaria, alternativa y popular. Bien. ¿fue una idea presidencial, de Fernando o de algún asesor? Sea lo que sea, lo importante es que funcione positivamente ¿Y con la prensa “grande”, o sea de las ciudades mayores del país, qué? Seguramente los planes no son muy cordiales, según lo que se escucha los sábados entre canciones, críticas e infaltables garrotazos.
Por allí dos periodistas plantearon “bajar el tono” y no tuvieron eco. Cerrando el tema de los asesores ¿alguien asesora al Gran Jefe en esta materia? Realmente no lo conocemos y ojalá por su propia convicción -y de todos- los temas relativos a las prensas grande y chica avancen por mejores caminos.