Redacción Machala
En los cantones de El Oro las obras de prevención que se ejecutaron para prevenir los efectos del invierno no cumplieron su función. También hay trabajos que no se realizaron por la falta de dinero.
En Machala, donde vive el 60% de las 142 familias evacuadas por la lluvia, las obras ejecutadas por Corpecuador para desviar las aguas del estero El Macho no evitaron las inundaciones.
La entidad invirtió USD 200 000 en 2008. El propósito era evitar que las aguas del estero atraviesen por las zonas pobladas del norte de la ciudad e impedir el desbordamiento. Pero hace tres semanas Machala se inundó otra vez por la intensa lluvia.
Corpecuador ejecutó 24 obras de protección en El Oro entre 2008 y 2009 con un presupuesto de USD 2 944 623. La entidad dio prioridad a la construcción de muros y alcantarillas.
Según el Plan de Contingencia contra Inundaciones elaborado el año pasado por el extinto Ministerio del Litoral, nueve zonas de la periferia de Machala fueron calificadas con riesgo medio y una con riesgo elevado. Allí vivían hasta el año pasado 612 familias que fueron reubicadas.
Las tres etapas del barrio Urseza, un populoso asentamiento marginal del norte, son las de mayor riesgo. En el sector habitan alrededor de 300 familias sobre un terreno inestable sin relleno sanitario. Están amenazadas por la crecida del estero El Macho.
La obra ejecutada por Corpecuador no fue suficiente para reducir el riesgo. El Instituto Nacional de Riego (INAR) debió construir otra derivación. Esta última es de 1,3 km y conduce las aguas directamente al río Jubones.
“La derivación que hizo Corpecuador no solucionó el problema, porque se conectaba nuevamente con el estero, en otro sector de la ciudad”, informó Gonzalo Cobo, director provincial del INAR.
Gabina Jurado, presidenta del barrio Urseza 3, dijo que el estero se volvió a desbordar porque no se lo dragó. “De nada sirvieron los trabajos. En la realidad nos seguimos inundando”.
La mayoría de los evacuados de Machala proviene de este sector. La alcaldesa (e), Patricia Henríquez, aseguró que la limpieza y drenaje de los canales naturales le corresponde a la Prefectura.
Tras el último desbordamiento del estero, a mediados de febrero pasado, el Consejo Provincial inició la limpieza del canal y la construcción de muros de protección en varios tramos de su recorrido.
En los barrios bajos de Huaquillas, en el sur de la provincia, el muro de escolleras de 800 metros de longitud que levantó Corpecuador tampoco cumplió totalmente su objetivo. La obra costó USD 199 900 y se hizo para proteger a ese sector de las crecidas del canal internacional.
A pesar de ello, el canal se desbordó hace poco. En el barrio Milton Reyes, la vecina Liseth Ramírez reconoció que el muro evitó que haya más daños, “pero igual el agua se filtró”.
En el cantón vecino, Arenillas, permanecen inconclusos cuatro muros de contención en la margen ecuatoriana del río Zarumilla. Las obras debían proteger a los caseríos del cortón fronterizo de las crecidas del afluente. “La construcción está paralizada y no se puede avanzar hasta que el Gobierno peruano de el visto bueno, porque se trata de un proyecto binacional”.