Una camarera sirve una mesa en un restaurante de Corea del Norte en la ciudad de Pekín, China. El pasado 6 de abril, 13 trabajadores de un restaurante norcoreano situado en la provincia de Ningbo, este de China, huyeron con éxito a Corea del Sur. Foto: EFE
Corea del Norte acusó el viernes 3 de junio del 2016 a Seúl de secuestrar a sus ciudadanos, tras la huida de varios empleados de un restaurante controlado por Pyongyang en China.
Los tres norcoreanos trabajaban en un restaurante de Weinan, en la provincia de Shaanxi, al norte de China. Llegaron el miércoles a Seúl, en la segunda fuga colectiva hacia Corea del Sur desde abril, cuando otros diez trabajadores de otro restaurante también consiguieron escapar.
Los trabajadores fueron “atraídos” por espías surcoreanos, que les ayudaron a pasar la frontera con Laos y después hasta Tailandia, acusó un portavoz de la Cruz Roja norcoreana en un comunicado difundido el jueves por la agencia oficial KCNA.
“Es una huida premeditada y organizada por los mafiosos de estas marionetas de la inteligencia surcoreana”, declaró el portavoz.
Según las estimaciones del gobierno surcoreano, Pyongyang tiene unos 130 restaurantes en 12 países, entre ellos China, que le suponen unos ingresos de USD 10 millones al año.
Cerca de 30 000 norcoreanos han huido de la pobreza y la represión en su país para establecerse en el sur capitalista.
Las resoluciones que la ONU impuso a Corea del Norte después de su último ensayo nuclear de enero limitaron drásticamente sus capacidades para obtener ingresos.