No se trata de hacer futurología y menos –mucho menos- sumarse a la protesta. Ni tampoco se trata de creer en las redes sociales como fuente de probabilidades. Sin embargo ayer, 18 de marzo, aproximadamente a las 20:00, la Fundación Mil Hojas (@fmilhojas) publicaba en su cuenta de Twitter que el hashtag #19M (por la marcha de hoy que convocan sindicalistas e indígenas) superaba los siete millones de impresiones en Twitter y tenía un total de 11 000 tuits.
Algunos sostienen que las redes sociales sirven como un termómetro de lo que piensa la sociedad, en este caso en términos políticos, pero que difícilmente llevan a la calle esas opiniones.
Otros piensan que puede ser una bicicleta cibernética en las que se dedican a generar trinos uno tras otro para dar que los números sean notorios, sensibles.La inquietud que deja la marcha de hoy, 19 de marzo, es cuál será la presencia de los autoconvocados que han usado las redes sociales para sumarse a la marcha para hacer sentir su inconformidad.
De tener una buena suma de ciudadanos que no pertenecen a organización social o política alguna, la pregunta que se plantea es si las demandas de los sindicatos tienen en verdad el apoyo de otros sectores. No hay que olvidar que solo el 4% de los trabajadores están agremiados.
La marcha de hoy tiene origen sindical. Son los trabajadores los que la anunciaron para este día. Y son ellos los que convocaron las de septiembre y noviembre del año pasado. Y siempre estuvieron acompañados por indígenas y organizaciones sociales que consideran que sus demandas no han sido tomadas en cuenta: colectivos de mujeres, de GLBTI, de profesionales, estudiantes.
La de septiembre asombró a propios y extraños: pocos pensaban que se concentraría tanta gente más allá de los colectivos organizados. Noviembre tuvo menos gente, quizá porque hubo temor a que se repitieran los actos de violencia de la anterior, pero hubo un buen número.
Mario Morales, de la Fetralpi, entiende que de algún modo fue el sindicalismo el que permitió que la gente perdiera el temor de salir a las calles. Pero, ¿comparten la agenda? Es más complejo definirlo y esa debiera ser la lectura política posteriores a lo que ocurra este día. Los sindicatos, desde los 90, han perdido protagonismo real. De darse una movilización numerosa, ocurriría algo poco usual en los recientes años de la democracia.