En la avenida Mariscal Sucre se retomó a fines del 2014 el contraflujo. En la mañana se lo aplica de 06:00 a 06:30 y de 07:00 a 07:30. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
La congestión vehicular, que se registra durante las horas pico, es contrarrestada con contraflujos. En 10 sitios de la ciudad se realizan modificaciones en el tránsito para facilitar la movilidad hacia el hipercentro, entre la Villa Flora y La Y.
Actualmente, en la urbe circulan cerca de 460 000 carros. En un día laborable se realizan en promedio 4,2 millones de viajes, de estos 2,2 millones se dirigen hacia el hipercentro.
Para reducir la congestión vehicular en esta zona se han implementado cambios temporales en el sentido de las vías.
Aparte de los contraflujos conocidos de la calle Sena, Velasco Ibarra, 5 de Junio, Venezuela, Túnel Oswaldo Guayasamín, en los últimos tres meses se han incorporado otros nuevos. Estos se concentran en arterias principales de la urbe: avenida Mariscal Sucre, Benalcázar, autopista General Rumiñahui, Geovanny Calles y Galo Plaza Lasso. En la parroquia de Guápulo este proyecto sigue en estudios (ver infografía).
En el caso de la Mariscal Sucre, de lunes a viernes, los conductores que se dirigen en sentido sur-norte tienen la opción de utilizar un tercer carril. El ‘desvío’ empieza a la altura de San Diego y termina pasando el túnel de San Juan.
Las personas que viajan en este sentido notan una reducción en los tiempos de desplazamiento. Andrés Torres, morador de Solanda, quien se dirige hacia El Tejar, mencionó el pasado lunes que ahora recorre este tramo en 30 minutos, antes lo hacía en 45 minutos.
Sin embargo, en este sector, mientras dura el contraflujo se suspende el servicio en los andenes del Corredor Sur Occidental, en El Tejar y en San Roque. Los usuarios deben tomar las unidades en las paradas convencionales de buses. En las tardes todo retorna a la normalidad, con excepción del viernes, de 19:00 a 20:30.
En las mañanas, las personas que quieran evitar circular por los túneles tienen la alternativa de ir por la Bahía de Caráquez hasta la Bolívar.
Otro de los contraflujos que se aplicó hace dos meses es el de la autopista General Rumiñahui. Este se inicia a la altura del parque Cuscungo. Los usuarios que ingresan al carril adicional pueden llegar hasta la calle Solano. El retorno se hace desde el redondel del coliseo Rumiñahui.
Para los moradores del norte, Carapungo, también hay una salida. La Geovanny Calles se vuelve unidireccional para evitar los trancones en la intersección de la Panamericana Norte y Simón Bolívar. En la avenida Luis Vaccari se habilitan cinco de los seis carriles para facilitar el regreso de las personas.
En promedio, la aplicación de estas medidas hace que el tiempo de desplazamiento disminuya hasta en 50%, explicó Julio Puga, director de Operaciones de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT).
Los contraflujos empiezan en la mañana entre las 06:00 y 09:30 y en la tarde entre 15:30 y 21:00. En este lapso se registra la mayoría de viajes, según la Encuesta de Movilidad del Distrito, en el día se registran alrededor de 925 000 desplazamientos y a la hora del retorno cerca de 1 050 000 viajes.
Los viernes en la tarde se aplican contraflujos especiales: en la Galo Plaza Lasso, Mariscal Sucre, autopista General Rumiñahui y Túnel Guayasamín.
Puga mencionó que ese día las dinámicas de movilidad cambian, por eso implementan reformas provisionales en el tránsito o amplían el horario para llegar a sus destinos.
Con esta medida la entidad aspira a contribuir con la movilidad y seguridad vial. “Los conductores que están bajo condiciones de estrés son más propensos a sufrir accidentes”.
Para Fredi Paredes, coordinador de la Maestría en Transporte de la Universidad Católica del Ecuador, los contraflujos son medidas de emergencia que ayudan a aumentar la capacidad de las vías.
Para esto se debe hacer un uso distinto del previsto en el diseño de las calles o avenidas. Estas modificaciones deben ser socializadas para que la ciudadanía se familiarice con los horarios y rutas.
El docente planteó también considerar otras medidas. “Los contraflujos no son la solución para reducir la congestión vehicular”. Explicó que con el tiempo el efecto de estos cambios disminuirá. El parque automotor en Quito crece cada año en un 10% (46 000 carros) y la infraestructura vial se mantiene en 3 000 kilómetros. Ante esta realidad recomendó coordinar con empresas, instituciones y planteles educativos para aplicar horarios diferenciados de ingreso y salida.
En contexto
Los alrededor de 500 000 carros que circulan en Quito superan la capacidad vial de la ciudad: 3 000 kilómetros. Durante las horas consideradas pico, la medida de restricción vehicular, vigente desde el 2010, resulta insuficiente.