Manuela Picq deja Ecuador y viaja a Brasil. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO.
Por el estado de excepción en el país y porque le revocaron la visa 12-8, la periodista brasileña-francesa Manuela Picq reitera que ha decidido irse de Ecuador. Cerca de las 16:00 de este viernes 21 de agosto llegó al aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, para viajar a su natal Brasil, luego de que ayer se ratificara la cancelación de su visa.
Sobre si teme ser detenida por su estatus migratorio contesta que “espero que no, pero que en un estado de excepción todo es posible. Me regreso a Brasil, en donde tendré derechos constitucionales“.
Su pareja Carlos Pérez, presidente de la Ecuarunari, señala que sufre una gran perdida. Que Manuela lo ha estado empujando. “Agradezco por el cariño y solidaridad de los quiteños. Sobretodo esperanzado de que el amor siempre va a triunfar sobre las cadenas del odio. Estamos seguros de que muy pronto el sol se prenderá al amanecer. Ahora partido el shungo entre Manuela y yo”.
Pérez dijo que le encantaría visitar a Manuela en Brasil. Pero que no tiene plata y que tiene a sus guaguas botados en Cañar mientras termine el proceso de movilización. Las comunidades me necesitan. Veremos. Estoy convencido de que la Pachamamita sea la mejor aliada.
“Nos volveremos a encontrar pronto, porque la travesía está largo del Capacñan. Pero con el contingente de Manuela y mis compañeras y hermanas, algún rato llegaremos a realmente vivir en un estado plurinacional y en donde ojalá desaparezca el término extranjero“.
Manuela habló por teléfono con su suegra. Se despidieron. Se la vio llorando. También se despidió de sus exalumnos en la Universidad San Francisco de Quito. Una ha sido su asistente y se la ha visto desde el 13 junto a Manuela. Se llama María Esther Guevara, le dio derechos humanos y economía política de la desigualdad. Tiene 22 años. La conoce más de un año. Se graduó hace un mes y medio en relaciones internacionales.
“El trajín que tuvimos ha sido desgastante. Estar en el limbo y sin respuestas es terrible. Carlos debe estar peor que todos nosotros juntos”, comenta María Esther.
Estaba preocupada. No sabía si podría salir. Pero el cónsul de Brasil, Ricardo Portugal, llegó a la terminal aérea. Dice que no puede hacer comentarios. Pero ella se siente tranquila de poder viajar. Llegará este sábado 22 de agosto a las 06:00.