Conspiración antilibertad

Llegaron al poder con la promesa de hacer un “cambio revolucionario” para sepultar lo malo del pasado.

Una revolución se supone que debe lograr el fin de la opresión, y con esa esperanza  encandilaron a un pueblo cansado e ingenuo que les creyó.

Pero a pesar de varios aciertos del Gobierno y de iniciativas positivas de diversas instituciones estatales, especialmente en las áreas sociales, las decisiones mayores del Régimen actual van destruyendo cada día nuestra libertad. No quieren ciudadanos sino siervos dóciles que los aplaudan y adoren. No son un partido sino una secta fanática que endiosa al caudillo.

Mangonean todos los poderes acabando con la independencia de la Asamblea y de la justicia, así como de los órganos de control, con lo cual la libertad se esfuma y la democracia agoniza, convertidas en mala broma. Quieren manipular aún más las conciencias de los jóvenes a través de la ley de universidades, y librarse de las  crecientes denuncias  sobre graves actos oscuros del Gobierno: sueñan con  silenciar a la opinión contraria, anulando a la prensa libre a través de la ley de comunicación.

Quieren captarlo todo, devorarlo todo, manipular todo, adueñarse de todo, alucinan con gobernar para siempre. Son dictatoriales y se adueñan  del Olimpo de la verdad. Admiran y se inspiran en tiranos que han destruido a sus pueblos y les han provocado sufrimientos gigantes, siguen a especímenes tan degradados como Chávez, Ahmadinejad, Ortega y más de calibre parecido. Se precian de  bolivarianos y guevaristas, cuando son en realidad populistas aniñados que  quieren exorcizar su complejo de inferioridad  haciendo del país  un campo de concentración ‘light’. ¡Por ahora! Si ven que el poder se les va de las manos, como ya empieza a suceder en 2009, posiblemente su paranoia les  tornará violentos y represores.

Tienen miedo de la libertad pues no han madurado lo suficiente y gustan del autoritarismo. Son imitadores en todo, hasta en las consignas y disfraces que usan. Violan la Constitución que ellos mismos fabricaron y adulteraron, con lo cual  las acciones de Gobierno son ilegales en el fondo. No sólo son el “Sexto Velasquismo”, como lo señala el ñaño, sino el segundo Veintimillato, Febres Corderato, Bucaramato y Gutierrato. Son quizá el peor Régimen de los últimos cincuenta años o  más: ¡Han instaurado la Dictadura de la Regalada Gana!

Desperdiciaron la oportunidad de oro que el pueblo  y el segundo ‘boom’ del petróleo les brindaron. Fracasaron. Traicionan y destruyen la democracia.

Por eso, todos los que amamos la libertad  -don supremo de la vida-, debemos desobedecer y oponernos  valiente y pacíficamente a esta  conspiración contra la libertad. Sin libertad no hay democracia. ¡La libertad vive, carajo!

Columnista invitado

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