Con baile, exposiciones artísticas y deportivas se vivió el Día Mundial del Síndrome de Down

Con mándalas y dibujos se trabajan en los talleres de Fundación El Triángulo. Fotos: Valeria Heredia / EL COMERCIO

Con mándalas y dibujos se trabajan en los talleres de Fundación El Triángulo. Fotos: Valeria Heredia / EL COMERCIO

Con mándalas y dibujos se trabajan en los talleres de Fundación El Triángulo. Fotos: Valeria Heredia / EL COMERCIO

Hoy no fue un día común para Vanessa Mosquera, de 24 años. En la mañana no asistió a su trabajo en una cadena de farmacias. Este miércoles 21 de marzo del 2018  dio un discurso frente a un auditorio porque es una fecha importante para ella y sus compañeros de la Fundación El Triángulo.

A esta institución acuden niños y adultos con síndrome de Down y este miércoles conmemoraron un año más tras la declaratoria como día mundial, según las Naciones Unidas.

Cuando Vanessa tenía 15 años llegó a esta fundación, ubicada en el sector de Ponciano, en el norte de Quito. Su objetivo, como el de todos, aprender nuevos conocimientos y ser independiente.

La joven lo logró. En este espacio ella aprende pintura, música, panadería. Además realiza deportes. Estas actividades son sus favoritas.

Su padre Franklin Mosquera reconoce el cambio positivo que tuvo su hija. Recuerda que ella ha pasado por varios centros. Estos le ayudaron a leer, escribir y contar. Lo sabe todo, dice.

Estas habilidades le ayudaron a conseguir un empleo en una cadena de farmacias. Ella se emociona cuando se menciona la palabra trabajo. Sonríe y se sonroja. La razón: lo ama. Ahí tiene amigos y realiza actividades como acomodar facturas y despachar cosas. “Feliz” es la palabra que viene a su mente cuando se menciona este tema.

Vanessa también ama los equipos tecnológicos. En las noches, luego del trabajo, se relaja junto a su computadora. "Me gusta chatear", comenta.

Esa felicidad que provoca en ella hablar del trabajo también se observa cuando habla de su familia.

En la Fundación hay 157 niños y adultos de 3 a 36 años. De ellos, 64 ya están incluidos en sitios de trabajo. Entre ellos Vanessa. Así lo explicó Nancy de Maldonado, quien encabeza la fundación y tiene un hijo con síndrome de Down.

Según ella, los chicos que vienen a esta entidad reciben estimulación, talleres y sobre todo son respetados y se los motiva para que no sientan que tienen limitaciones.

Gabriela Bermúdez tiene una niña, de 6 años, con este tipo de discapacidad intelectual. Se trata de Valentina, quien ingresó hace un año a El Triángulo.

La madre recuerda que la noticia de que su hija tiene síndrome de Down la recibió con susto. No sabía cómo lo afrontaría. Se llenó de coraje y siguió con su vida. Su meta: lograr que Valentina sea independiente. Está en ese proceso, afirma la mujer.

A Valentina le fascina la pintura y Alex Sampedro es el docente que imparte esa clase. Precisamente, en el evento de celebración por el Día Mundial del síndrome de Down se hizo una demostración de los trabajos de los chicos.

En las paredes se observaba trabajos artísticos realizados no solo con pintura sino con elementos del entorno. Esa es una de las técnicas que utiliza el docente. Sampedro, quien da clase de lunes a miércoles, explicó que el arte ayuda a que los chicos desarrollen sus emociones, su creatividad y su capacidad motriz.

En el evento ademá se presentó una muestra del taller de danza. La obra musical Pinocho fue la elegida para que los chicos exhiban su potencial. Pequeños duendes, zanqueros y marionetas bailaron al son de la música. Los aplausos no se hicieron esperar, ya que los participantes mostraron su coordinación y talento.

Eduardo Valencia es papá de Ristof, un joven con síndrome de Down, de 21 años. Él rescata las actividades que se realizan en este espacio y considera que su ingreso representa una “experiencia satisfactoria para la familia”.

Actualmente, el chico labora en una empresa petrolera. Ya siente el estrés del trabajo pero le gusta, dice el padre del joven.

En el país se registran 498 000 personas con discapacidad. Esto lo sostuvo la primera dama del país, Rocío González de Moreno. Ella asistió al evento de la Fundación acompañada de autoridades del Ministerio de Educación y del de Inclusión Económica y Social.

Luego del festejo, aprovechó para contarles sobre el trabajo de Las Manuelas, un programa que atiende a las personas con discapacidad y que recorre el Ecuador.

González además sostuvo que lo importante es que las personas fueron incluidas en el ámbito laboral. “Visitamos sitios en donde viven las personas con discapacidad y para ubicarlos pedimos que coloquen una bandera blanca en la fachada, para llegar y para atender a todos”.

En El Triángulo, también, se dio una demostración de fútbol con los chicos del centro.

Padres y chicos con síndrome de Down disfrutaron de las actividades realizadas este 21 de marzo. Sin embargo, su vida sigue. Vanessa y Ristof , por ejemplo, continuarán con sus actividades laborales mañana, jueves 22 de marzo. Lo harán con esa alegría y simpleza que solo ellos conocen.

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