Desde la semana pasada, la avenida Simón Bolívar soporta un incremento de autos que circulan por esta vía. La razón, dijeron los moradores y la Policía, es el desvío que muchos conductores se ven obligados a tomar por el cierre parcial de los túneles.
Ayer en la mañana, decenas de conductores subían por las cuestas del barrio Oriente Quiteño para llegar a la av. Simón Bolívar. Sin embargo, para dirigirse al norte, los carros debían avanzar unos metros hacia el sur para luego dar un giro en U, en una intersección abierta en el parterre.
Las altas velocidades de los vehículos que iban de sur a norte y la ausencia de policías hacía difícil el giro en este sector. A las 07:48, ocho carros sobrepasaron la capacidad del carril de giro. Tres más se adelantaron y esperaron en doble fila para dar vuelta.
Unos kilómetros más adelante, en el sector de La Forestal, Rolando Peñafiel esperaba que un primo lo recoja en su vehículo para ir al norte. En esa parada, Laura Taipe y su pequeña hija, en cambio, aguardaban por una furgoneta particular que las lleve hasta Los Granados, por USD 0,25.
Cuando una furgoneta gris paró, varias personas se atropellaron para subir y ganar un asiento. Por este sector solo circulan siete líneas de transporte urbano. Lo cual no abastece la demanda de pasajeros, según Jéssica Rodríguez, vecina de La Forestal.
Unos metros hacia el sur, el sonido del pito del suboficial Manuel Poulasín no bastaba para detener a los conductores que llegaban a gran velocidad desde el sur. Además, la neblina de la mañana opacaba aún más el uniforme verde que vestía el policía.
Por eso, Poulasín agitaba sus brazos para detener el tránsito y dar paso a las decenas de carros que se aglomeraban, hasta en dos filas, en el carril norte-sur y que querían girar en U para ir al norte. “Desde la semana pasada hay más carros que se desvían por La Forestal para ir al norte”.
Los frenazos, los pitos y el incremento en el riesgo de accidentes hizo que los policías de las Unidades de Policía Comunitaria de La Forestal y San Patricio organicen turnos para regular el tránsito. “El tráfico empieza desde las 06:45 hasta las 08:00, pero hoy se ven muchos más carros”.
En los tres carriles que van de sur a norte circulan buses interprovinciales, transporte pesado, buses urbanos, vehículos livianos, motos y hasta bicicletas. Un par de kilómetros antes de llegar al intercambiador de la autopista Gral. Rumiñahui, los tres carriles estaban congestionados y la velocidad bajó hasta 20 km/h.
El incremento de vehículos por esta vía en la última semana es difícil de cuantificar, porque la Policía de Tránsito no ha realizado aún ningún estudio de tráfico.
Según la misma Policía, al menos ayer no se delegaron oficiales para el control en esta vía.
A las 08:16, solo un policía de tránsito vigilaba el giro en U, en el barrio Buenos Aires. Varios conductores se mostraron molestos al no poder realizar la maniobra y continuaron su camino. En este sector, el cruce de los peatones es prácticamente imposible por la ausencia de un puente peatonal.
El despachador de una gasolinera, Paúl Guapanta, aseguró que el incremento de vehículos por esta avenida favoreció en algo el negocio. A las 08:33, no solo la neblina, sino la lluvia obligaron a los choferes a encender las luces de sus autos y reducir la velocidad. El sector de la Universidad Internacional, el desvío a Cumbayá, la entrada a Guápulo y el redondel De los Granados fueron otros de los puntos más congestionados.
Hasta la avenida De los Granados, el recorrido duró una hora y 10 minutos. Pero desde ese punto los autos tardaban cerca de 10 minutos solo hasta la av. Eloy Alfaro.
La congestión también fue evidente en otras vías de conexión a la ciudad. Llegar hasta La Floresta por la av. De los Conquistadores tomó 35 minutos. Ahí tampoco hubo control policial.
Oswaldo Molineros, quien conducía un taxi ejecutivo, esperaba para coger una carrera en la plazoleta de La Floresta. El chofer aseguró que el aumento de carros no ha favorecido el trabajo, pero sí incrementó la congestión. “Antes el tráfico duraba hasta las 09:30, pero ahora se va hasta las 11:00”.
Según la Policía, en el acceso al túnel Guayasamín se contabilizaron filas de carros de hasta 600 metros. Eso obligó a extender el contraflujo en el viaducto por 30 minutos más.