Condominios y apropiación
La problemática es conocida. Hay una expansión sin límites de las periferias de las ciudades y, a la vez, un vaciamiento de los centros.
Las soluciones propuestas para frenar esa ‘diáspora’ urbana son varias. Pero todas pasan por la recuperación para la vivienda del suelo subutilizado de muchos barrios urbanos. Y también por el crecimiento vertical y masivo de los condominios.
No obstante, esas soluciones teóricamente solventes, a menudo son fracasos. La urbanización Solanda, ubicada al sur de Quito, es un ejemplo. Hoy es una de las zonas más peligrosas y desvalorizadas de la capital.
¿Por qué se dio ese fenómeno? Principalmente por la descalificación de la relación entre lo edificado y el espacio que queda en medio. Un espacio que nunca se transformó en público sino que migró a ser una tierra de nadie. Las áreas deportivas apenas funcionan y jamás se plantan árboles.
¿Las conclusiones? No se deben hacer tiras repetitivas ad infinítum de lo mismo; hay que enriquecer las tipologías y diferenciarlas cuanto sea posible, dentro de costos razonables.
Es mejor, entonces, diseñar varias tipologías de pequeños condominios, que siempre deben estar rodeados de espacios a los que los ciudadanos reconozcan, también, como suyos .