El Centro se levantará en el espacio del antiguo edificio de la terminal aeroportuaria. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
La construcción del Centro de Convenciones Metropolitano de Quito, que se ubicará en la que fue la terminal nacional del antiguo aeropuerto Mariscal Sucre, volverá nuevamente a debate en el Concejo Metropolitano, tras haber sido objeto de modificaciones en su diseño original.
El 10 de marzo del 2017, la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda remitió el informe final de viabilidad del proyecto a la Subprocuraduría del Municipio, para que el Concejo Metropolitano lo valide.
El diseño actual del proyecto recoge varias observaciones presentadas por el sector turístico, en relación con las dimensiones y el equipamiento. Con base en ellas se definió un nuevo plano, que incluye mejoras en las condiciones originales del proyecto.
Su difusión estuvo a cargo de la Secretaría de Desarrollo Productivo y Competitividad y Quito Turismo.
La obra se desarrollará en dos etapas. La primera corresponde a un área de 16 230 m² y estará a cargo del Consejo Ecuatoriano de Edificación Sustentable (CEES) y Ekron Construcciones. En una segunda etapa, el Centro se extendería a 28 000 m².
La primera fase contempla un vestíbulo principal, dos salones de exhibición con capacidad para 4 000 personas cada uno; en la planta alta, un segundo vestíbulo, un gran salón de eventos con aforo de 4 170 personas de pie. Además, se contará con un auditorio para albergar a 500 personas y salas de trabajo. El desarrollo de esta primera parte costará USD 15 millones, que fue un aporte de la empresa Aecon&ADC, accionista del proyecto.
Este programa arrancó oficialmente el 27 de noviembre del 2015, con la aprobación de la Ordenanza Metropolitana Nº 086, correspondiente al Plan Urbanístico Arquitectónico Especial del Centro de Convenciones Metropolitano de Quito. En enero del 2016, el Concejo Metropolitano, a través de la Resolución Nº 023, aprobó la entrega en comodato del espacio donde se implementará el proyecto, a favor del CEES.
El Municipio estimaba que esta obra estuviera culminada para la cumbre Hábitat III, que se celebró en Quito en octubre del 2016.
Sin embargo, las obras preliminares para la construcción del Centro de Convenciones recién empiezan. “Recibimos ya de parte de la Administración Zonal Norte la licencia de trabajos varios, que nos autoriza a trabajar en la instalación de cerramiento, adecuación de oficinas para la obra y trabajos preliminares, que permitan a futuro empezar con la construcción”, indicó Cristina Moshenek, gerenta de Dkterra, empresa que está a cargo de la gerencia del proyecto para Ekron.
“No estuvo lista para Hábitat porque se mejoró el proyecto, se amplió y se incluyeron más servicios. Nunca hubo un retraso, lo que ha habido es una participación de la industria y del sector privado para validar un centro de convenciones acorde a sus necesidades”, enfatizó Álvaro Maldonado, secretario de Desarrollo Productivo y Competitividad del Municipio.
En cuanto a una fecha estimada para la culminación de la obra, al menos en su primera etapa, Maldonado indicó: “No puedo dar una fecha exacta. Pero esperamos que sea para el segundo semestre del 2018”.
Moshenek concuerda en que el proyecto debería estar operativo en el transcurso del 2018. “Con lo que se entregaría en la primera etapa, el Centro de Convenciones puede funcionar muy bien”, agregó. Aún no está definido qué empresa estaría a cargo del desarrollo de la segunda etapa.
El corazón de este proyecto es el Centro de Convenciones, pero está enmarcado dentro de la que será la Centralidad Bicentenario, que incluye áreas para cultura, alojamiento, comercios, restaurantes y un área de espectáculos. Una obra que se desarrollará en un espacio de 11,4 hectáreas.
El desarrollo del turismo de reuniones es uno de los objetivos actuales del Municipio, como una forma de impulsar la economía de la ciudad. “Este turismo es el de mayor capacidad de gasto y deja los mayores réditos y rentabilidad a la ciudad, porque activa de manera transversal todos los servicios de la ciudad”, subrayó Luis Proaño, presidente del Buró de Convenciones de Quito, uno de los entes que brindó aportes al diseño de la obra.
Proaño detalla que el gasto promedio por persona en el turismo de convenciones es de USD 600 y que el promedio de estadía es cinco días. Esto equivale a un gasto de USD 3 000 por turista. “Si traemos un Congreso de 1 000 personas, significará que en cinco días a la ciudad le entrarían a su economía líquida al menos USD 3 000 000”, agrega.