Con el 'levantamiento' contra Rafael Correa los indígenas buscan recuperar protagonismo político

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los indígenas son el 7% de los 16 millones de ecuatorianos. Sin embargo, la Conaie considera que representan un 35% de la población. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los indígenas son el 7% de los 16 millones de ecuatorianos. Sin embargo, la Conaie considera que representan un 35% de la población. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los indígenas son el 7% de los 16 millones de ecuatorianos. Sin embargo, la Conaie considera que representan un 35% de la población. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

La principal organización indígena de Ecuador, una fuerza que en el pasado fue capaz de tumbar gobiernos con sus movilizaciones, quiere recuperar el protagonismo político que perdió con la llegada al poder del presidente Rafael Correa en 2007, al anunciar un "levantamiento" en agosto contra el Mandatario.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) resolvió el sábado 20 de julio en su asamblea anual "ir a un levantamiento" contra Correa -una suerte de protesta progresiva sin armas- y sumarse al paro que preparan organizaciones sindicales para el 13 de agosto.

En opinión de analistas, el movimiento indígena quiere aprovechar la mala hora de Correa -acosado desde hace más de un mes por protestas contra su estilo y políticas de Gobierno de corte socialista que irritan a empresarios y a clases medias y altas- para recuperar la reputación que labró en las calles en la década de los noventa.

En aquel entonces participaron en nutridas marchas contra gobiernos, que forzaron la salida de tres mandatarios entre 1996 y 2005, e incluso impidieron que Ecuador firmara un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

Ahora las principales objetivos del "levantamiento" indígena son el retiro de un paquete de enmiendas constitucionales -incluida una que permitiría la reelección de Correa después de 2017- y de leyes o iniciativas sobre el manejo del agua y de la tierra, que en la práctica les quitan influencia en la administración de esos recursos en sus territorios.

"No es el objetivo sacar al presidente Rafael Correa, sino el objetivo es cambiar la estructura política del país", dijo Jorge Herrera, presidente de la Conaie, añadiendo que la movilización será "pacífica".

Herrera reconoció que bajo el mandato de Correa la Conaie perdió fuerza y que un sector del movimiento engrosó las filas del Gobierno. Sin embargo, sostuvo que "las estructuras están latentes y eso se demostrará en este levantamiento".

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los indígenas son el 7% de los 16 millones de ecuatorianos. Sin embargo, la Conaie considera que representan un 35% de la población.

En busca de la fuerza perdida

Correa asumió el poder con un discurso que coincidía con varias demandas de las causas indígenas, como la prédica "antiimperialista", la negativa a los tratados de libre comercio y la defensa de los recursos naturales.

Sin embargo, el Mandatario pasó a ser incómodo para la Conaie cuando impulsó la explotación minera y petrolera responsable en la Amazonía, y reestructuró el Estado a través de una nueva Constitución que le redujo influencia y poder de decisión a los indígenas en sus regiones.

"El movimiento indígena ha tenido un papel muy importante en las últimas décadas, pero desde el establecimiento del Gobierno de Rafael Correa se dio un proceso de infiltración (política) del movimiento indígena, de división muy fuerte", sostiene el historiador Enrique Ayala, rector de la Universidad Andina Simón Bolívar.

Por su parte, el sociólogo Franklin Ramírez, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, comentó que en 2007, cuando Correa asumió el poder, el movimiento indígena ya estaba "en un momento de debilitamiento" producto de "un largo ciclo de movilización que llegó a su desgaste y su paso por el poder junto a Lucio Gutiérrez", derrocado en 2005.

Según Ramírez, el movimiento indígena tuvo una interacción "más o menos fluida" con el Gobierno durante la Asamblea Constituyente que redactó la Carta Política de 2008.

Esto "no impidió que tengan cierta influencia en el proceso constituyente, que algunas de sus demandas se concreten en la nueva constitución: el Estado plurinacional, la democracia comunitaria, algunas demandas ambientalistas", explicó Ramírez.

No es la primera vez que la Conaie se intenta "levantar" contra Correa, pero sus pasados intentos terminaron en fracasos. Pero ahora con el levantamiento, que comenzará con una marcha desde la amazónica provincia de Zamora Chinchipe, se "va a reactivar los procesos de lucha del 90 (...) con una propuesta de seguir debatiendo el cambio profundo en el marco de la interculturalidad", expresó el presidente de la Conaie.

Para Ayala, existe la oportunidad de "una reconstitución del movimiento indígena en la crítica a Correa". Con él coincide Ramírez. "El movimiento indígena ciertamente no es lo que fue en la década de los 90, pero sigue siendo el actor del campo popular más emblemático, más influyente y con mayor capacidad de movilización en el país", apuntó Ramírez.

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